viernes, 21 de marzo de 2014

ÉTICA A NICÓMACO

Ética a Nicómaco


LIBRO I


1)    Toda acción y elección parecen tender a algún bien.
Bien es aquello a lo que todas las cosas tienden.
Se pueden distinguir 2 tipos de fines:  
A) Actividades
      B) Obras: Son superiores en cuanto constituyen el fin de la           actividad.
En el caso de que se trate de fines que dependen de una sola facultad son preferibles los fines de las actividades principales a los de las subordinadas, ya que estos se persiguen en vista de aquellos.

2)    El fin de nuestros actos que queramos por él mismo y por el cual queremos los demás fines sería  lo bueno y lo mejor.
Para alcanzar el conocimiento de este fin hay que determinar a que ciencia o facultad pertenece: Pareciera ser que esta ciencia es la política ya que esta es la más principal y eminentemente directiva.
Es esta ciencia la que establece que ciencias y facultades son necesarias para la ciudad y a ellas se subordinan unas y otras (estrategia, economía, retórica, etc...)
El fin de la política comprende los de las demás ciencias de modo que constituirá el bien del hombre ya que si bien es apetecible el bien de uno, es más grande y perfecto alcanzar y perseverar el bien de la ciudad.

3)    El hombre instruido busca exactitud en la medida que lo permita la naturaleza del asunto.
Cada uno juzga bien aquello que conoce y por lo mismo es que el joven no es un discípulo apropiado para la política, pues esta no versa sobre el conocimiento, sino que versa sobre las acciones, y éste no tiene experiencia sobre las acciones de la vida.

4)    Puesto que todo conocimiento y toda elección tienden a algún bien es que debe determinarse aquel a que la política aspira y cual es el supremo bien. Respecto de esto es que tanto los sabios como el vulgo coinciden en que es la felicidad. Pero para algunos esta consiste en el placer, la riqueza, la salud o los honores de acuerdo a las circunstancias de cada uno, pero para los sabios el vivir y obrar bien es lo mismo que ser feliz.
Sin embargo hay algunos, los sabios, que creen que hay algún otro bien que es bueno por sí mismo y que es la causa de que todos aquellos sean bienes, para encontrarlo hay que empezar por las cosas más fáciles de conocer. Por ello es necesario que quien quiera conocer las cosas buenas y justas y, en suma, la política, debe haber sido bien conducido por sus costumbres ya que solo un hombre tal tiene ya o adquirirá fácilmente los principios.
Según Hesíodo: “Es el mejor de todos el que por sí solo comprende todas las cosas; es noble asimismo el que obedece al que aconseja bien; pero el que ni comprende por sí mismo ni lo que escucha a otro retiene en su mente, es un hombre inútil”.

5)    No parece sin razón entender la felicidad y el bien según las vidas:
A)   La masa y los más groseros la identifican con el placer y prefieren una vida de bestias.
B)   Los hombres refinados y activos ponen el bien en los honores, pues tal viene a ser el fin de la vida política, pero esto parece trivial, pues los honores están más bien en quien los otorga y se adivina que el bien es algo propio y difícil de arrebatar
C)   La vida teorética: Se deja para más adelante.
D)   Vida de negocios: Es evidente que la riqueza no es el fin que se busca pues sólo es útil para otras cosas.

6)    El bien se dice de tantos modos como el ser:
§  Sustancia
§  Cualidad (virtud)

§  Cantidad: La justa medida

§  Relación: Lo útil
No habrá, pues, una noción común universal, porque de las cosas que son una sola idea habrá una sola ciencia, pero como el bien se dice de tantos modos como el ser es que no existe esta noción común universal.

       Es evidente que los bienes pueden decirse de dos modos:
§  Bienes útiles
§  Bienes por sí mismos.
¿Qué bienes se han de considerar por sí?
Podrían considerarse todos aquellos que buscamos incluso aislados, como el pensar y el ver y algunos   placeres y honores. Si se considera solo la idea, la especie sería inútil.
Pero las nociones de honor, prudencia y placer son distintos en tanto que bienes, pese a resplandecer en todos una misma noción, por lo que no es según una sola idea.
¿Cómo se dice entonces?
¿Acaso por proceder de uno o tener un mismo fin, o más bien por ambos? Como la vista en el cuerpo, la inteligencia en el alma, etc...
Si la idea fuera algo uno o completamente separado el hombre no podría realizarlo ni adquirirlo.
Todas las ciencias aspiran a algún bien, y buscando lo que les falta, dejan de lado el bien mismo.

7)    ¿Qué es el bien?
Parece que es distinto en cada actividad y en cada arte: Medicina = Salud, Estrategia = Victoria, etc...
Puesto que parece que los bienes son varios y que algunos los elegimos por otros (riqueza) es evidente que no todos son perfectos. Pero lo mejor ha de ser algo perfecto; por lo tanto se busca un bien perfecto o el más perfecto de haberlo. Tal bien perfecto parece ser la felicidad, pues la elegimos siempre por ella misma; otros bienes que son buscados por si mismos, también se desean por la felicidad.
Felicidad: Estimamos suficiente lo que por si solo hace deseable la vida y no necesita nada (Es lo más deseable sin añadidura, pero resulta más deseable si se le añade el más pequeño de los bienes). Como fin de los actos es perfecta y suficiente. Pero no se entiende por suficiente una vida solitaria (zoon politikon).
La función del hombre:
-       Parece que lo bueno y el bien están  en la función; así será en el hombre si tiene una función.
-       Esta función no puede ser la nutrición y el crecimiento pues es común a las plantas.
-       Esta función no puede ser la vida sensitiva pues es común a las bestias.
-       Debe ser por lo tanto, una actividad del alma según la razón (Específicamente del hombre y del hombre bueno).
-       El fin del hombre es una cierta vida, y ésta una actividad del hombre y acciones razonables, según la virtud adecuada.
-       El bien humano es una actividad del alma conforme a la virtud y si las virtudes son varias, conforme a la mejor y más perfecta, y además en una vida entera.

8.
  • Divididos los bienes en 3 clases, los exteriores, los del alma y los del cuerpo, se dice que los del alma son los primarios y los más propiamente bienes.
  • Es exacta en cuanto se dice que el fin consiste en ciertas actividades.
  • Se concuerda con aquellos que afirman que la felicidad es una virtud o una cierta virtud, pues pertenece a ésta la actividad conforme a ella
  • Los placeres de la mayoría de los hombres están en pugna porque no lo son por su naturaleza, mientras que para los iniciados en las cosas nobles son agradables las cosas que lo son por naturaleza.
  • Ésta clase de vida tiene el placer en si misma, pues ni siquiera es bueno el que no se complace en las buenas acciones

9.
  • Cabe determinar si puede aprenderse o adquirirse o si bien viene por destino o por fortuna
  • Es razonable que la felicidad, el mayor de los bienes sea don de los dioses
  • Es más razonable, sin embargo, que se adquiera por aprendizaje que por fortuna, pues las cosas naturales son por naturaleza del mejor modo posible.
  • También es evidente por la definición de actividad del alma según la virtud.
  • Tiene sentido, pues, “que no sea feliz el buey o el caballo”.

10.      Se contradice la afirmación de Solón de que ningún hombre es feliz hasta su muerte:
Ø      No es posible ya que consta en una cierta actividad.
Ø      Para el hombre que ha muerto existe un mal y un bien para sus descendientes.
·         No se deben seguir las vicisitudes de la fortuna, porque no estriba en ellas ni el bien ni el mal, aunque la vida requiera de ellas.
·         Lo que determina la felicidad son las actividades de acuerdo con la virtud ---vienen con mas continuidad en los hombres; en cuanto a las vicisitudes, tal virtud le permite “sobrellevarlas de la mejor manera”.
·         Ningún hombre venturoso podrá llegar a ser desgraciado, ya que jamás hará lo que es vil y aborrecible.
·         Si sobrevienen grandes males, oprimen y corrompen la felicidad, pero también resplandece la nobleza al soportar muchos y grandes infortunios.
·         Nada impide, pues, llamar feliz al que actúa conforme a la virtud perfecta y está suficientemente provisto de bienes externos, no en un tiempo cualquiera, sino la vida entera

11.
  • Parece que alcanza de algún modo a los muertos la prosperidad de sus amigos, e igualmente sus desgracias, pero de tal modo y en tal medida que ni pueden hacer que los felices no lo sean ni otra cosa semejante

12.
  • Cabe determinar si la felicidad es cosa elogiable, o más aún, digna de ser ensalzada, pues es claro que no es una mera facultad
  • Todo lo elogiable se elogia por ser de cierta índole y por tener cierta referencia a algo.
  • De las cosas mejores no hay elogio, sino algo mayor y mejor, pues a los dioses se los ensalza como bienaventurados y felices
  • Nadie elogia la felicidad como elogia lo justo, sino que la ensalza como algo justo y mejor.

13.
  • Puesto que la felicidad es una actividad del alma según la virtud perfecta, hay que tratar de la virtud
  • Llamamos virtud humana no la del cuerpo, sino la del alma
  • Alma es en parte racional y en parte irracional
  • Lo irracional es en parte común y en parte vegetativo; no participa de la razón ni de la virtud
  • Otro principio irracional, apetitivo o desiderativo, participa, especialmente en el hombre morigerado, en cierto modo de la razón.
  • También la virtud se divide de acuerdo a un doble principio en:
                             -dianoéticas (sabiduría, inteligencia y prudencia)
                             -éticas (libertad y templanza)
  • Si hablamos del carácter no decimos que es sabio o inteligente, sino que es amable o morigerado, y también elogiamos al sabio por su hábito, y a los hábitos dignos de elogio los llamamos virtudes.




LIBRO II


1. Dianoética: Debe su origen principalmente a la enseñanza
  • Ética: procede por la costumbre, de lo cual se deduce que ninguna de tales virtudes se produce por naturaleza, ya que nada natural se modifica por costumbre.
  • Por lo tanto las virtudes no se dan por naturaleza ni contra esta, sino que se manifiestan según ella.
  • Además, toda facultad natural se adquiere primero y se ejerce luego; las virtudes, en cambio, se adquieren mediante el ejercicio previo
  • Es nuestra actuación en nuestras transacciones con los demás hombres lo que nos hace a unos justos y a otros injustos. En suma, los hábitos se engendran por las operaciones semejantes.

2.
  • Se debe considerar lo relativo a las acciones, pues de ellas emana la virtud
  • Que hemos de actuar según la recta razón es un principio común que damos por supuesto
  • Las virtudes se destruyen por exceso y por defecto, y el término medio las conserva.
  • Hay que considerar como indicio de los hábitos el placer o el dolor consiguiente a las acciones: el que se aparta de los placeres corporales y se complace en eso mismo es morigerado, el que siente contrariedad es licencioso. De ahí la necesidad de haber sido educados de cierto modo, por causa del placer por causa del placer hacemos lo malo y por causa del dolor nos apartamos del bien.
  • Si las virtudes están referidas a acciones y a estas siguen el placer o el dolor, la virtud esta referida a placeres y a dolores, pues los hombres se hacen malos por perseguirlos o rehusarlos. De ahí que las virtudes se definen también como “una especie de impasibilidad o serenidad”
  • Son tres los objetos de preferencia – lo hermoso, lo conveniente y lo agradable – y tres los objetos de aversión – lo feo, lo perjudicial y lo penoso. De todo esto el bueno acierta y el malo yerra.

4.
  • Las acciones de acuerdo con las virtudes, a diferencia de las artes, no están hechas justa y morigeradamente por ellas mismas, sino que además se requieren ciertas condiciones en quien las realiza
        1. Consentimiento
        2. Eligiéndolas por ellas mismas
        3. Actitud firme e inconmovible

5.
  • Se debe considerar qué es la virtud. En el alma ocurren:
a)       Pasiones: apetencia, ira, miedo, atrevimiento, envidia, alegría, etc.
b)       Facultades: Aquellas en virtud de las cuales se dicen que nos afectan esas pasiones
c)       Hábitos: Aquello en virtud de lo cual nos comportamos bien o mal respecto de las pasiones
  • No son pasiones ni las virtudes ni los vicios, porque no se nos llama buenos o malos por nuestras pasiones, sino que por nuestras virtudes o vicios. Además, sentimos ira o miedo sin nuestra elección, mientras que las virtudes implican una elección.
  • Tampoco son facultades, pues tampoco se elogia o censura por sentir tales pasiones, ya que no somos buenos o malos por naturaleza.
  • Las virtudes son por lo tanto hábitos.

6.
  • Toda virtud perfecciona la condición de aquello de lo cual es virtud
  • Así, la virtud del hombre será el hábito por el cual el hombre se hace bueno y por el cual ejecuta su función propia
  • En todo continuo y divisible es posible hallar un punto medio; lo mismo ocurre en el exceso y el defecto. Se llama término medio porque dista igualmente de ambos extremos
  • Todo conocedor rehuye del exceso y del defecto y busca el término medio y lo prefiere; pero el termino medio no de la cosa, sino el relativo a nosotros.
  • Por lo tanto, la virtud es un cierto término medio, pues hay una sola manera de ser bueno y muchas de ser malo.
  • La virtud es un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros determinada por la razón y por aquella por la cual decidiría el hombre prudente.
  • Sin  embargo, no toda pasión u ocasión admite término medio.

7.
Se dan ejemplos de las 3 disposiciones

8.
  • Los extremos son contrarios entre si y cada uno a su término medio
  • La oposición entre los extremos es mayor a la de uno de estos con respecto del término medio
  • Algunos términos medios se oponen mas a un opuesto que al otro

9.
  • Es cosa trabajosa ser bueno, pues es difícil hallar el término medio



LIBRO III

1.- Es necesario reflexionar sobre lo Voluntario e Involuntario, pues la virtud se refiere a acciones y pasiones.
Las acciones voluntarias son objeto de reproche o alabanza; las involuntarias de indulgencia o compasión.
- Parece, pues, que son involuntarios las que realizan por fuerza o ignorancia. Lo que se hace por temor o males mayores o por una causa noble, es dudoso si debe llamarse voluntario o involuntario.
- Hay Acciones Mixtas, como arrojar la carga en una tempestad, pero se parecen más a los voluntarios, pues en ese momento eran preferibles.
- Lo voluntario o involuntario, pues, se refieren al momento en que se hacen.
- Se obra voluntariamente, por el contrario, cuando el principio del movimiento de los miembros instrumentales está en el mismo que los ejecuta.
- Son forzosas aquellas acciones cuya causa está fuera del agente y en las que éste no tiene parte alguna, así, no pueden llamarse propiamente involuntarias las mixtas de involuntario.
- Todo lo que se hace por ignorancia es simplemente no voluntario y propiamente involuntario lo que se hace con dolor o placer.
- No se debe considerar la ignorancia en la elección (pues engendra maldad) o la ignorancia general (también es reprochable), sino aquella relativa a las circunstancias y al objeto de la acción.
- Podría creerse que lo voluntario es aquello cuyo principio está en uno mismo y que conoce las circunstancias concretas de la acción.
- Pero son igualmente humanas las acciones nacidas del apetito o del coraje en cuanto emanan de un solo sujeto.

2.- Elección: es algo manifiestamente voluntario, pero no se identifica con lo voluntario, que tiene más extensión.
- No es un apetito o impulso, pues no es común a los irracionales; un apetito no puede oponerse a un apetito.
- No es tampoco un deseo, pues este último puede referirse a lo imposible o lo ajeno, no así la elección. El deseo se refiere al fin y la elección a los medios, los cuales dependen de nosotros.
- Tampoco es una opinión, pues esta se refiere a lo verdadero o a lo falso, mientras que la elección a lo bueno o lo malo.
- Se dice, pues, que es lo que ha sido objeto de la deliberación previa (pro-aíresis).

3.- Se delibera sobre lo que está a nuestro alcance y es realizable (no se delibera sobre lo externo o el hallazgo de un tesoro)
- Sobre todo deliberamos por lo que se hace por mediación nuestra aunque no siempre se hace de la misma manera (como los negocios o la navegación).
- La deliberación se da respecto de las cosas que usualmente ocurren de cierta manera, pero cuyo resultado no está determinado.
- Pero no deliberamos respecto de los fines, sino de los medios (un médico no delibera respecto de si va a lograr curar o no).
- No se delibera sobre casos individuales, pues depende de la percepción.
- El objeto de la deliberación y el de la elección son el mismo, salvo que el de la elección está determinado por la deliberación.

4.- La voluntad tiene por objeto el fin, pero unos piensan que el Bien y otros que el Bien Aparente.
- si se dice que es el Bien, se sigue que no es objeto de la voluntad lo que quiere quien no ha escogido bien.
- Si se dice que es el Bien Aparente, se sigue que nada es deseable por naturaleza.
- Se debe decir que de un modo absoluto y en verdad es objeto de la voluntad el bien, pero para cada uno lo que le aparece como tal.
- El bueno juzga todas las cosas y se las muestra en ellas la verdad.

5.- Siendo el objeto de la voluntad el fin, de la deliberación y la elección los medios para el fin, las acciones relativas a éstos serán conforme con la elección y voluntarias. Por tanto, están en nuestro poder el vicio y la virtud.
- Las acciones no son voluntarias del mismo modo que los hábitos; aquellos lo son de principio a fin, éstos al principio, pero siendo voluntarios porque estaba en nosotros comportarnos de tal o cual manera.

6.- Valor: ha quedado manifiesto que es término medio entre el miedo y la temeridad.
- Acaso no se debe temer a los males que no provienen de vicio o culpa, pero a quienes no les temen se les llama analógicamente valientes.

7.- El que soporta y teme lo que debe y por el motivo debido, como y cuando debe, y confía del mismo modo, es valiente, porque el valiente sufre y obra según las cosas lo merecen y como la razón los ordena.

8.- Se da también el nombre de Valor a otras 5 formas:
a)Valor Cívico: por causa de castigos, censuras y los honores.
b) Experiencia de las Cosas Particulares (Sócrates: la valentía es ciencia)
c) El Brío, sin embargo, los valientes obran por un fin noble; los briosos,   como las fieras, lo hacen por dolor o coraje.
d) Los Animosos, pero estos obran por fanfarronería y mientras las cosas se dan como pretenden.
e) Los Inconscientes, pero éstos carecen de dignidad.

9.- Es valiente el que ante las cosas que inspiran temor se muestra imperturbable más que el que obra así de frente a circunstancias que inspiran confianza.

10.- La Templanza: término medio respecto de los placeres.
- Se refiere a los placeres corporales, pues no llamamos licenciosos o morigerados a quienes persiguen estos placeres del alma.
- La Templanza y el desenfreno tienen por objeto los placeres de que participan también los demás animales, placeres que por eso parecen servirles y bestiales, y éstos son los del tacto y los del gusto.

11.- De los deseos, unos parecen ser comunes y otros peculiares.
- En los deseos naturales pocos yerran, y en un solo sentido, el exceso.
- Pero en los peculiares son muchos los que yerran y de muchos modos, ya sea aficionado (gusta de lo que no debe o más que los demás) o licencioso (se excede en todo).
- El licencioso lo es porque se aflige más de la cuenta cuando no alcanza los placeres, y el morigerado porque no se aflige por la falta o abstinencia de lo placentero, guiándose por la recta razón.
- Personas que pequen por defecto respecto de los placeres apenas los hay, pues incluso los animales distinguen los buenos alimentos de los malos.

12.- El desenfreno parece ser más voluntario que la cobardía; en efecto, el primero tiene por causa el placer, la segunda el dolor, y el placer se elige mientras que el dolor rehuye.
- aplicamos el nombre de intemperancia a las faltas de los niños quienes viven según los apetitos y el deseo de lo agradable.
- Tal como los apetitos del niño se someten al preceptor, los apetitos deben ordenarse a la razón. 

























 


LIBRO IV

1.  La generosidad parece ser el término medio respecto de las riquezas, del modo de darlas y tomarlas, pero principalmente de lo primero. El exceso es la prodigalidad mientras que el defecto es la avaricia.
     De las cosas que tienen uso, es posible usarlas bien o mal y la riqueza pertenece a las cosas útiles. Lo usará mejor quien tenga la virtud relativa a la riqueza, es decir, la generosidad.
     Las acciones conformes a la virtud son nobles; el generoso dará, pues, con nobleza y rectamente: a quienes debe, cuánto y cuándo deba. Esto debe ser con agrado y sin pesar, pues lo que concuerda con la virtud es agradable.
     La generosidad no consiste en lo que se da, sino cómo se da, es decir, la disposición.
     La prodigalidad se excede en dar y no en tomar, la avaricia peca por defecto en dar y se excede en tomar. La prodigalidad se dice mejor que la avaricia, lo curan fácilmente la edad y la pobreza y se asemeja al generoso en que da y no toma, sólo que no da como es debido.
     Sin embargo, la mayoría de los pródigos son, en cierto modo, avaros pues para dar toman de donde no deben. La avaricia parece incurable y se dice más opuesta a la generosidad que su otro extremo. Suele dividirse en defecto en dar en algunos y en exceso en tomar en otros.

2.  La magnificencia es también una virtud relativa a las riquezas, pero sólo referida a las acciones dispendiosas, a un gasto oportuno a gran escala (oportuno se refiere a la persona, la circunstancias y el objeto). Su defecto es la mezquindad y su exceso la ostentación vulgar, siendo vicios pero que no acarrean descrédito.
     El espléndido se parece al entendido: es capaz de considerar lo oportuno y gastar grandes cantidades en consonancia. Su objeto son principalmente las cosas sagradas o lo que interesa a la comunidad.

3.  Se tiene por magnánimo al que tiene grandes pretensiones y es digno de ellas. El magnánimo es un extremo desde el punto de vista de la grandeza, pero su actitud es término medio porque sus pretensiones son conformes con sus méritos; los otros se exceden o se quedan cortos (vanidosos, en el primer caso o pusilánimes, en el segundo).
     Si se cree digno de grandes cosas, siéndolo, se dirigirá al mayor de los bienes exteriores, el honor.
El magnánimo ha de ser bueno, pues el honor es el premio de la virtud. El magnánimo lo es respecto de los honores y la privación de ellos, pues aceptará aquellos que le sean dignos y rechazará los que le son indignos.
Los dones de la fortuna hacen más magnánimos, pero en realidad sólo el bueno es digno de honor. No ama el peligro, pero no regatea su vida (!). Hace beneficios, pero se avergüenza de recibirlos.
La pusilanimidad parece más opuesta a la magnimidad que la vanidad.

4.  Parece que también existe otra virtud respecto de los honores, en la misma relación que hay entre la generosidad y la esplendidez, pues nos dan la disposición debida en lo pequeño. Sus opuestos son ambición y la falta de ambición.

5.  La mansedumbre es termino medio respecto de la ira; como este termino medio carece de nombre y los extremos están casi en el mismo caso, aplicamos la voz mansedumbre al término medio, aunque se inclina hacia el defecto, que carece de nombre.
     El manso es quien se encoleriza con quién, cómo y cuándo es debido, pero parece inclinarse al defecto, pues es más bien indulgente. A este término oponemos más bien la irascibilidad. [1]

6.  Hay quienes alaban todo y no se oponen a nada (por obsequios o por aduladores) y otros que se muestran descontentadizos. El término medio es lo laudable: quienes aprueban lo debido y desaprueban análogamente. Se asemeja a la amistad, pero se diferencia en cuanto se hace no por afecto, sino de acuerdo con lo debido.

7.  Refiriéndose a los que son verdaderos o falsos, hay quienes se atribuyen lo que da gloria sin pertenecerle ello o bien en menor medida de lo atribuido (jactancioso o arrogante) y otros que le quitan importancia a lo que tienen (irónicos).
     El término medio es el hombre sincero, pero no respecto de la justicia, sino de aquello en que la honestidad es indiferente.
     Los falsos son ambos reprensibles, pero más el jactancioso, aunque también son reprobables los que se jactan del defecto (hipócritas).

8.  En la diversión también hay un término medio: quienes conversan apacible e ingeniosamente, extendiéndose esto al tacto en aquello que se dice.
     Sus extremos son aquellos que son los bufones vulgares, por exceso y aquellos que son intratables y ásperos, por defecto.

9.  No debe hablarse del pudor como una virtud; se le define como un cierto miedo al desprestigio, lo cual es una afección corporal, más propia de la pasión que del hábito.



LIBRO V


1.
- Llamamos justicia a la disposición en virtud de la cual los hombres practican lo q es justo, obran justamente y quieren lo justo.
- llamamos justo tanto lo q se conforma a la ley como quien es equitativo, por tanto lo justo es legal y equitativo.
- es evidente q todo lo legal es en cierto modo justo, las leyes proponen lo q conviene en común a todo. Por esto la justicia es la máxima virtud, pues es la única que se refiere al bien ajeno, la justicia será por tanto el vicio total.

2.
- Pero, en todo caso, lo que estamos investigando es la justicia que es parte de la virtud, pues hay una q lo es.
- señal de esto es q el q practica otra clase de vicio es injusto, pero no codicia nada, y cuando se codicia se actúa a impulsos de cierta maldad o injusticia.
- la injusticia de la que antes hemos hablado es la de lo contrario a la ley, y lo desigual y lo contrario a la ley no son lo mismo, sino distintos como la parte del todo (ya que todo lo desigual es contrario a la ley, pero no todo lo contrario a la ley es desigual)
- de la justicia parcial una parte o especia es la q se practica  en la distribución de honores, dinero u otra cosa, y otra q            regula o corrige los modos de trato, la cual incluye los tratos voluntarios (compra-venta; usufructo; préstamo) y los involuntarios, los cuales pueden ser clandestinos (adulterio; prostitución; asesinato; falso testimonio) o violentos (ultraje, homicidio; robo; difamación)

3. Justicia distributiva:
- esta es una proporción geométrica, es decir es todo respecto del todo en la misma relación que la parte con la parte.
- existe un término medio de lo desigual, y este es lo igual, porque en toda acción donde se da lo más y lo menos también se da lo igual. Lo justo es, pues, igual y un termino medio. Este término medio lo será en algo y de algunos, respecto de los extremos de cometer una injusticia y padecerla.
- Lo justo requerirá, necesariamente, cuatro términos por lo menos:
Aquellos para quienes tiene q ser justo serán dos  y aquella en que se expresa lo justo serán dos asimismo. Lo justo es, pues, una proporción. en efecto, todos coinciden en que lo justo de las distribuciones se da de acuerdo a méritos (libertad. los democráticos; riqueza, los oligárquicos; o en la virtud los aristocráticos).

4. Justicia de los modos de trato:
- es también una igualdad, pero según una proporción Aritmética (lo mismo da que un hombre bueno haya defraudado a un hombre malo q el caso contrario)
- así este tipo de injusticia es la que el juez intenta igualar con el castigo, quitando del lado de la ganancia de modo que la justicia correlativa será el término medio entre la pérdida y la ganancia, un tener lo mismo antes y después. 



5.
- Hay quienes dicen que lo recíproco es, sin más, lo justo. A esto, sin embargo, hay que añadir que debe ser lo recíproco propiorcional, pero no igual, Esto es lo que permite el intercambio en la comunidad. El término medio de esto es la moneda, la cual, por convención, es unidad de conmesurabilidad.

6. Justicia Política:
- Existe entre personas que participan de una vida común para hacer posible la autarquía, personas libres e iguales.
- Hay justicia, en efecto, para aquellos cuyas relaciones están reguladas por una ley, y hay ley entre quienes se da la injusticia.
- el gobernante es guardián de l justicia (y, por ende, de la igualdad). Se considera que no tiene más si efectivamente es justo, haciéndose digno de honores. Si no se contento con esto, es un tirano.
- La justicia doméstica no es la misma que la política, pues no hay propiamente justicia respecto de sí mismo.

7.
- La justicia política se divide en Natural y Legal; natural, la que tiene en todas partes la misma fuerza, independientemente de lo que parezca o no; y Legal aquello que en un principio da lo mismo que sea así o de otra manera, pero no luego de establecido, como sacrificar una cabra y no dos ovejas.

8.
- El acto justo o injusto se define por su carácter voluntario, es decir, por lo que se hace teniendo el poder de hacerlo o no, y sabiendo a quién, con qué y para qué-
- cuando la obra a sabiendas, pero no de un modo deliberado, se obra injustamente, pero no por ello los autores son injustos.
- no son perdonables los errores por una ignorancia motivada por una pasión que no es natural.

9.
- Cabe preguntarse si es voluntario recibir o padecer una justicia o injusticia:
- parecería absurdo, aún en el caso de ser tratado justamente, que siempre fuera voluntario, porque algunos son tratados justamente sin quererlo ellos.
- Sin duda uno puede recibir un daño y sufrir injusticias voluntariamente, pero nadie es objeto de un trato injusto voluntariamente, pues nadie quiere lo que no cree bueno.
- no se puede decir que obra injustamente para sí mismo quien da a otro más que a sí mismo, pues no se sufre nada contrario a la voluntad.
- La injusticia en el distribuir no está en quien recibe, sino en quien distribuye, pues éste es el principio de acción.
- Lo justo de da entre aquellos que participan de las cosas buenas en sí mismos y que pueden tener exceso o defecto  de ellas, por lo cual la justicia es algo humano.

10.
- lo Equitativo, si bien es mejor que una especia de justicia, es justo, y no es mejor que lo justo como si se tratara de otro género. Lo mismo es, por tanto, justo y equitativo, y siendo ambos buenos, es mejor lo equitativo. Lo que ocasiona la dificultad es que lo equitativo es justo, pero no en el sentido de la ley, sino como rectificación de la justicia legal, allá donde no alcanza y yerra el legislador.

11.
- no es posible obrar injustamente sobre sí mismo, pues sería como poseer y no poseer algo al mismo tiempo, lo cual es imposible
- Se admite, por semejanza, una cierta justicia entre partes de uno, la justicia doméstica.



LIBRO VI


1-  Se dice que tb la parte racional del alma tiene dos “aspectos”: una parte científica, con la cual contemplamos las clases de entes, y otra calculativa, con la que calculamos que tiene esa posibilidad

2-  3 cosas en el alma rigen la acción y la verdad: la sensación, el entendimiento y el deseo. La sensación no es ppio de acción, pues existen en los animales y estos no participan de su acción.
     El razonamiento tiene que ser verdadero y el deseo recto para que la elección sea buena. Esta clase de entendimiento es práctico.
     Del entendimiento teorético y no creador, el bien y el mal son, respectivamente, la verdad y la falsedad.
     El ppio de la acción es la elección y el de la elección el deseo y la elección orientada hacia un fin, por lo que sin entendimiento y disposición moral no hay elección, pues esta es inteligencia deseosa o deseo inteligente.
     Nada que haya ocurrido es objeto de elección
     La operación  de las dos partes electivas es, pues, la verdad.

3-  Damos por sentado que aquellos por los cuales el alma realiza la verdad mediante la afirmación y la negación son en número de 5: el arte, la ciencia, la prudencia, la sabiduría y el intelecto.

4-  Entre las cosas que pueden ser de otra manera están lo que es objeto de producción, cuya disposición racional es la técnica, y lo que es objeto de acción.

5-  Sobre la prudencia:
     Parece propio del hombre prudente el poder discurrir bien sobre lo que es bueno y conveniente para el mismo, para vivir bien en gnral.
     Es prudente pues el hombre reflexivo. Pero nadie puede reflexionar o delibera sobre lo necesario, por lo que la prudencia no es ciencia.. Tp es arte, ya que la acción y la producción son de distinto genero.
     Tiene que ser por tanto, una disposición racional verdadera y práctica respecto de lo que es bueno y malo para el hombre.
     La prudencia es una virtud ( pues no existe una excelencia, como en el arte) y será la virtud de la parte racional que forma opiniones, pues ambas se refieren a lo contingente.
6-  Ciencia es juicio sobre lo universal y lo que es necesariamente.
     Hay ppios de lo demostrable y lo científico que no pueden ser de la ciencia, el arte o la sabiduría, por lo que pertenecen al intelecto (pag 93)

7-  La sabiduría la atribuimos en las artes a los mas consumados en ellas
     La sabiduría es el mas perfecto de los modos de conocimiento, pues el sabio debe conocer la verdad de los ppios y no solo estos (de modo que es intelecto y ciencia).
     La sabiduría es ciencia e intelecto de los que es mas excelente por naturaleza (pues lo propio y lo contingente atañen a la prudencia).

8-  La prudencia en propiedad la decimos del individuo; cuando la prudencia se aplica a la ciudad, decimos que es prudencia legislativa, al tiempo que la que tiene por objeto lo particular decimos que es política.

9-  El indagar y el deliberar son diferentes, si bien la deliberación es una forma de indagación. Es preciso det que es la deliberación.
     No es ciencia, pq no se indaga lo que se sabe; tp es buen tino, porque el buen tino es algo que no necesita razonar; no es opinión, pues todo aquellos de que hay opinión esta ya, ipso facto.
     Está claro, pues, que es una cierta rectitud, al no haber buena deliberación sin razonamiento, decimos que es una rectitud del discurso.
     Se debe añadir que la rectitud consiste en una conformidad con lo conveniente, tanto en lo referido al objeto de deliberación, como al modo y tiempo.
     Buena deliberación: en sentido absoluto (al fin, sin mas) y determinada (a un fin det). Es la rectitud conforma a lo conveniente para el fin aprehendido por la verdadera prudencia.

10-        El entendimiento y el buen entendimiento es en virtud de los cual decimos que los hombres son inteligentes o están dotados de buen inteligencia.
     No es el entendimiento ciencia ni opinión, ni tp ciencia particular alguna (pues se refiere a lo que puede ser objeto de deliberación).
     Se aplica a lo mismo que  al prudencia, pero no es normativa, sino discriminativa, es lo que se ejercita en la opinión para juzgar acerca de las cosas que son objeto de prudencia cuando habla otro.

11-        La llamada comprensión es el discernimiento recto de lo equitativo.
     Todo esto converge a lo mismo: atribuimos a las mismas personas el tener comprensión o inteligencia, así como ser prudentes o tener entendimiento.
     Queda así dicho que la sabiduría y la prudencia son respectivas virtudes de una parte del alma.

12-        De la utilidad de la sabiduría y de la prudencia, se dirá que son necesariamente elegibles en si mismos por ser cada uno de ellos la virtud de una parte del alma.
     La sabiduría, como parte de la virtud total, produce felicidad en su posesión.
     El hombre lleva a cabo su obra mediante la prudencia y la virtud moral, pq la virtud hace recto el fin y la prudencia los medios que a el conducen (a esto se añade la destreza, que permite alcanzar el blanco).

13- Del modo que en la parte del alma que razona a base de opiniones hay dos formas (la destreza y la prudencia), en la parte moral existe la virtud natural, disposición que nos viene por nat, y la virtud por excelencia, la cual se alcanza al adquirir raciocinio, por lo que no puede existir sin  la recta razón o la prudencia (sin ser una razón, como afirmaba Sócrates).




LIBRO VII


1.- Hay 3 clases de condiciones morales que se deben rehuir: el vicio, la incontinencia y la brutalidad. Sus opuestos son la virtud, la continencia y la virtud sobrehumana.
Una persona que es continente se apega a la razón y rechaza las pasiones; el incontinente en cambio no se apega a la razón.

2.- Sócrates niega que el hombre incontinente juzgue rectamente, pues no admite que el conocimiento pueda ser dominado.  
Sin embargo, si fuera opinión y no conocimiento lo que domina a aquel que se somete al placer, seriamos indulgentes con la maldad consecuentemente (confróntese).
No puede oponerse a la incontinencia la prudencia, pues, de ser así, un hombre incontinente seria a la vez prudente. 

3.- Ni aun el incontinente absolutamente hablando lo es de todo, sino respecto de aquello que hace que el desenfreno lo sea, además de ser algún modo, porque de lo contrario no se distinguiría el licencioso del continente, pues sino obra deliberadamente creyendo que se debe perseguir siempre el placer presente, mientras que el otro no lo cree, pero lo persigue.
En cuanto que es una opinión verdadera y no un conocimiento lo que contrarían al conducirse incontinentemente, no hace la diferencia alguna, pues algunos de los que tienen opiniones creen saber rigurosamente.
Saber, asimismo, se dice respecto del que tiene conocimiento y no lo ocupa como de aquel que lo tiene y lo ocupa. Por esto no habrá extrañeza ante aquel que no hace lo que debe teniendo el conocimiento, pero sin tenerlo en cuenta.
Además, puesto que hay dos clases de premisas, nada impide que uno obre contra su conocimiento teniéndolas las dos, pero sirviéndose solo de la universal y no de la particular, porque lo que se refiere a la acción es lo universal.
Además es posible tener en cierto modo el conocimiento y no tenerlo, como aquel que duerme o el embriagado.

*Una opinión es universal, la otra se refiere a lo particular (con. sensible); cuando de las dos resulta una sola, el alma afirma por un lado la conclusión, y por otro actúa inmediatamente en el orden práctico.
Por tanto, la opinión universal puede prohibir gustar, y por otra parte la que de todo lo dulce es agradable y esto es dulce (ésta es la que hace actuar) nos mueve a ello por el deseo.
De este modo somos incontinentes movidos de cierta manera por la razón y la opinión, opinión que no se opone a la recta razón por si misma, a no ser por accidente – pues su contrario es el deseo - . Por eso los animales no son incontinentes, porque no tienen ideas universales.
Como el conocimiento no se relaciona con el término concreto sino con el universal, parece darse lo que decía Sócrates: en efecto, no se produce la afección de lo que nosotros llamamos conocimiento en sentido estricto, sino que se relaciona con el sensible.

4. Debe determinarse si alguien puede ser incontinente en sentido absoluto o no:
Es evidente que tanto los continentes como los incontinentes se dicen respecto de los placeres y los dolores
     Ahora bien, de los placeres algunos son necesarios (alimento) y los otros apetecibles en si mismos, pero no necesarios (honor, la riqueza, etc.)
     A estos últimos no se les llama incontinentes sin más y de un modo absoluto, pues añadimos “respecto del dinero” o del honor o la riqueza, es decir, reciben este nombre por analogía.
     De los primeros decimos que son incontinentes sin añadir “respecto de tal cosa” , es decir, aquel que persigue el exceso de placer y rehuye el dolor, no es virtud de una elección, sino en contra de esta y su razón.
     Por que se refieren a las mismas cosas se pone junto al morigerado; al continente y al licencioso y al incontinente, pero sus modos son distintos.
     Los apetitos y placeres lo son de cosas nobles y buenas, otro de cosas contrarias a estas y otras intermedias. De las primeras o intermedias no decimos que son malas per se, sino su exceso.

5- Hay cosas que son agradables por naturaleza, y de estas unas lo son absolutamente y otras para determinadas clases del hombre, por otra parte hay otras que no son naturalmente agradables, pero llegan a serlo a causa de trastornos, por hábito, o por depravación de la naturaleza. Es evidente que hay una incontinencia brutal o patológica, pero en sentido estricto solo es incontinencia la humana.

6- La incontinencia de la ira es menos vergonzosa que la de los apetitos, pues parece que la ira oye en parte a la razón, pero los apetitos no.
- Es mas injusto el solapado, y el iracundo no lo es.
- Además, todo el que obra con ira obra a disgusto, pero quien sigue a los apetitos lo hace gozándose en ello.
- Siempre es menos dañina la maldad del que no tiene en sí el principio de acción.

7- El que persigue los excesos en cosas agradables deliberadamente y por si mismos es licencioso; un hombre así no es de arrepentimiento fácil.
Es peor el licencioso que el incontinente, pues es mas vergonzoso aquel que no es movido por un  deseo – o lo es débilmente – que aquel que lo hace por un deseo vehemente.
La incontinencia lo es por apresuramiento o por debilidad; unos, en efecto reflexionan, pero llevados por la pasión, no se atienen después a sus resoluciones, y otro, por no reflexionar, son arrastradas por la pasión.

8- El licencioso no es persona que se arrepiente; en efecto se atiene a su lección, en cambio, todo incontinente es propenso  al arrepentimiento.
La incontinencia y el vicio son de géneros  totalmente distintos, porque uno es consciente  y el otro no.
     La incontinencia no es un vicio, porque la incontinencia obra en sombra de su lección, y el vicio de acuerdo con ellos.
El incontinente es de tal índole que no persigue por convicción los placeres corporales excesivos y contrarios a la recta razón y el licencioso, en cambio lo hace por convicción. De esto se desprende que el incontinente es mejor que el licencioso, pues en el primero se salvo lo mejor, el principio.

9- Es continente absolutamente hablando quien se atiene a la decisión verdadera. Hay algunos que se atienen a su opinión a quienes llamamos testarudos, mas estos son distintos del continente, pues el primero no cede por pasión y apetito, pues es a la razón a la que no atienden.
No todo el que hace algo por causa del placer es licencioso, despreciable o incontinente, sino el que lo hace por un placer vergonzoso.
Tanto el continente como el morigerado se abstienen de hacer algo contrario a la razón por causa de los placeres corporales, pero el primero tiene, y el segundo no tiene apetitos malos, y este no puede sentir placer contrario a la razón, mientras que aquel puede sentirlo, pero no dejarse arrastrar por él.

10- No puede ser una persona prudente e incontinente a la vez, pues el hombre prudente es bueno a la vez, pero bien se puede ser hábil e incontinente.
Tampoco es el incontinente como el que sabe y no, sino como el que esta dormido o embriagado.
Obra voluntariamente, pero no es malo sino a medias, ya que su elección es justa, pues el incontinente se parece a una ciudad que tiene buenas leyes, pero no las aplica, como dijo Amaxandrides: “Decretó a la ciudad, que no hace ningún caso de las leyes”.
De las distintas formas de incontinencia tiene mas fácil curación la de los excitables que las de los que no se atienen a sus decisiones y la que se debe al hábito que aquella motivada por naturaleza, pese a lo cual afirma Eveno: “Afirmo, amigo que el habito no es sino larga practica, y que esta acaba en los hombres por ser naturaleza”.

11- Doxa: hay quienes opinan que
Los placeres no son en absoluto un bien porque todo placer es un proceso perceptible hacia un estado natural, y ningún proceso es de la misma naturaleza que los fines.
Además, el morigerado rehuye los placeres y el prudente persigue el estar libre del dolor, no del placer.
Además los placeres son un obstáculo para el pensamiento y no hay arte ajeno del placer. Por añadidura los niños y los animales persiguen los placeres.
Que no todos los placeres son buenos, lo demuestra el que los hay vergonzosos.
Que el bien supremo no es el placer lo demuestra el que el placer no es fin, sino devenir.

12- De lo anterior no se desprende que el placer no sea un bien, pues el bien tiene dos sentidos (el de bien absoluto y el de bien para alguien), por lo cual también los tendrán las naturalezas y las disposiciones (Algunos males lo serán en sentido absoluto, pero no en sentido particular).
Asimismo, aquellas actividades que nos devuelven a nuestra disposición natural son agradables por naturaleza.
Debe decirse que el placer es una actividad de la disposición natural, sin trabas.

13- Es admitido por todos que el dolor es un mal, de lo cual, por oposición, se tiene que el placer es un bien.
Que el bien supremo sea un placer, nada lo impide, aun cuando algunos sean malos. Por el contrario, parece señalarlo el que todos los hombres lo busquen.
Cada disposición debe tener sus actividades libres de trabas. Así, la felicidad requiere, sin serlo, de la buena fortuna. Sino fuera así, no cabria rehuir del dolor. 

14 – Quienes, para el caso de los placeres corporales, afirman que el placer un bien, tendrán que considerar por qué el dolor es un mal, ya que lo contrario de lo bueno es lo malo.
Debe decirse que lo malo esta no en el placer mismo, sino en el exceso, salvo en aquellos reprochables de por si donde no hay termino medio.
Se debe decir que el placer corporal se busca por expulsar el dolor, y debido al exceso de dolor los hombres suelen buscar un exceso de placer, pues los remedios suelen ser violentos.
Los placeres que no implican dolor no tienen exceso, y estos son producidos por lo que es agradable por naturaleza.
No hay nada que nos sea agradable siempre, pues nuestra naturaleza no es simple.




LIBRO VIII   

 -    Heráclito-----------Lo opuesto es lo que conviene
 -     Empédocles------Lo semejante busca lo semejante


1)  La amistad es, en efecto, una virtud o va acompañada de una virtud.
-     Es lo más necesario para la vida: en la pobreza es el único refugio, en la juventud para evitar el error, en la vejez para suplir la debilidad, etc.
-     Se da de modo natural entre padres e hijos, sobre todo entre los hombres, por lo que amamos a nuestros semejantes.
-     La concordia parece ser algo semejante a la amistad, y los legisladores se consagran más a ella que a la justicia. En efecto, cuando los hombres son amigos no hay necesidad de justicia, pero aún la justicia requiere de amistad.

2)  Parece que cada uno, lo que es bueno para él, y que si bien, absolutamente hablando, el bien es amable, para cada uno lo es el bien de cada uno y cada uno ama, no lo que es bueno para él, sino lo que se parece.
-     Llamamos amigos a quienes tienen benevolencia recíproca (si no es recíproca, es solo benevolencia) y que cada uno desee el bien del otro sin que otro le sea desconocido, y por una de las razones mencionadas.

3)  Son las 3 especies de amistad:         
-     Los que se quieren por interés no se quieren por si mismos, sino en la medida que se benefician algo los unos a los otros.
-     Los que se quieren por placer: las personas frívolas no tiene afecto con otros porque sean de una índole determinada, sino porque le resulta agradable.
Estas amistades son por accidente, puesto que no se quiere al amigo por ser quien es, sino porque procura a un caso utilidad y en otro placer son mudables pues toda utilidad y todo placer cambia con facilidad.
-     Pero la amistad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud; porque estos quieren el bien el uno del otro cuanto son buenos, y buenos en sí mismos.
-     Los que quieren el bien de sus amigos por causa de estos, son los mejores amigos pues no lo son por accidente; de modo que su amistad permanece mientras son buenos, porque la virtud es una cosa permanente.
-     Cada uno de ellos es bueno absolutamente hablando, y también bueno para su amigo, es útil para su amigo y también agradable, porque son agradables las actividades semejantes. Esto hace que sean amistades duraderas.
-     Es natural que sean raras, pues son pocos los hombres así.

4)  Esta amistad es en cuanto al tiempo y a todo lo demás, perfecta;  todo está igualado en ella, porque los dos amigos reciben beneficios semejantes el uno del otro.
-    Por el placer y por el interés pueden ser amigos entre sí hombres malos, y buenos y malos; pero por sí mismo solo pueden serlo los buenos, pues los malos no se complacen entre sí mismos sino existe la posibilidad de provecho.
-    De una manera primaria y perfecta es amistad,  aquella que es perfecta y los demás lo son por semejanza en la medida que se está en ellos algo bueno. Pero estas últimas suelen darse juntas, pues los accidentes no suelen combinarse.

5)        Así como llamamos a unos hombres buenos por su disposición y a otros por su actuación, decimos que los que conviven se complacen los unos a los otros y los que están alejados no están ejerciendo su amistad, pero tienen la disposición adecuada para ellos.

6) Los ancianos y los de carácter agrio buscan buenos sentimientos recíprocos, pero no es amistad porque no encuentran placer en la mutua compañía.
-    La que más se aparece a la amistad es la que busca el placer, cuando los dos amigos contribuyen con lo mismo. Es más bien propio de los jóvenes.
-    La que busca el interés es más propia de comerciantes.
-    Los poderosos parecen tener amigos de ambas clases: útiles y placenteros.
-    Estas clases de amistad estriban en la igualdad.

7) Hay otra amistad fundada en la superioridad, como la del padre hacia el hijo, las cuales difieren entre sí.
-    El afecto debe en estas amistades ser proporcional, de modo que el que es mejor reciba más afecto que profesa, produciéndose así una igualdad propia de la amistad.
-    Falta no se alcanza a ver

8) La mayoría de los hombre parecen preferir, por ambición, ser queridos a querer. En efecto, el adulador es una clase de amigo inferior.
-    Pero la amistad consiste más bien en querer que en ser querido    (señal de ello son las madres). Así querer parece ser la virtud de los amigos.
-    Y la igualdad y la semejanza son amistad, sobre todo de los que son semejantes en virtud, pues como son constantes, siguen siendo los mismos.
-    En cambio los malos no tienen firmeza, ya que ni siquiera permanecen semejantes a sí mismos.
-    Es entre contrarios donde suele darse la amistad por interés, porque uno aspira a lo que le falta y entrega algo a cambio.

9) a) Parece que la amistad y la justicia se refieren a las mismas cosas y se dan en las mismas personas.
     b) En la medida en que se participa de una comunidad hay amistad y justicia.
-    También son distintas en cada caso las clases de injusticia, y hasta aumenta cuanto más amigos son aquellos con quienes se comete.
-    Todas las comunidades parecen partes de la comunidad política, pues ésta se propone como fin lo que conviene para toda la vida.

10) Hay 3 especies de regiones políticas, y otras tantas desviaciones que son como corrupciones de aquellos. Los regímenes son: la realeza, la aristocracia y un tercero fundado en la propiedad, la timocracia o república.
a) las desviaciones son: de la realeza, la tiranía; ambas son monarquías, pero mientras el tirano mira su propio interés, el rey busca el de los gobernados.
            b) de la aristocracia se pasa a al oligarquía por el vicio de los gobernantes que distribuyen los bienes de la ciudad en contra de los merecimientos de modo que son unos pocos los que gobiernan, de modo que son unos pocos los que gobiernan y malos en lugar de los más dignos.
            c) de la timocracia se pasa a la democracia, pues ambos son fronterizos; en efecto, también la timocracia quiere ser un gobierno de la multitud porque todos los propietarios son iguales. Es la menos mala de las desviaciones, pues se desvía poco de la república.
-    Podemos encontrar símiles en los casos:
            a) la comunidad del padre y del hijo tiene forma de realeza. Entre los persas el gobierno del padre es tiránico.
                   b) el gobierno del marido sobre la mujer es aristocrático, pues se basa en la dignidad del marido. Se vuelve oligarquía cuando el marido enseñorea de todo o cuando gobierna la mujer.    
                   c) a la timocracia se parece el gobierno de los hermanos. La democracia se encuentra en las cosas donde no hay amo o el que manda es débil.

11) La amistad parece acomodarse a cada uno de los regímenes en la misma medida que la injusticia. En las desviaciones apenas hay justicia y amistad.
-    La del rey para los súbditos estriba en la superioridad del beneficio. En estos casos la justicia no consiste en la igualdad, sino en la correspondencia a los méritos respectivos, y así también la amistad.
-    La amistad del marido respecto de la mujeres la misma que la de la aristocracia, porque al mejor le corresponde el mayor bien y así también la justicia.
-    La amistad de los hermanos se parece a la que existe entre compañeros porque son iguales y de edad semejante. Lo mismo ocurre en la timocracia, pues en ella los ciudadanos pretenden ser iguales y equitativos.

12) La comunidad es la base de toda amistad. Pudriese ser grupo aparte con la que se hace entre `parientes y compañero, pero la amistad entre ciudadanos, miembros de una tribu o todo similar se parece más a la de una comunidad, pues surge de un acuerdo.
-    El vínculo entre quien ha dado el ser (el padre) y su criatura (hijo) es más estrecho que el que existe entre el producido y quien lo hizo.
-    La amistad de los hijos hacia los padres y de los hombre hacia los dioses es como una inclinación hacia lo que es bueno y superior.
-    La amistad entre marido y mujer parece fundada en la naturaleza, pues el hombre tiende a vivir en parejas antes que en comunidad. Así mismo los hijos son un bien común a ambos, y a lo que es común mantiene la unión.

13) Como se ha dicho, 3 son las formas de amistad y en cada una de ellas los amigos lo serán por una igualdad o en virtud de una superioridad.
-    Los que son iguales deben procurar la igualdad tanto en el carriño como en todo lo demás, y los que son desiguales, procurar un cariño proporcional al mérito particular.
-    En cambio, la amistad con interés presta a las reclamaciones, porque se tratan en vista a su propia utilidad.
-    La amistad por interés puede ser moral o legal. La legal se funda en estipulaciones; la moral obsequia, pero considera justa una retribución.

14) Surgen también diferencias en las amistades fundadas en la superioridad, porque cada una cree merecer más.
-    Parece que uno y otro tiene razón y que los dos tiene que recibir más de la amistad, pero no de lo mismo, sino en superior, más honor, y el necesitado, provecho; porque el premio de la virtud y del beneficio es el honor, y el alivio de la necesidad es el provecho material.      
           
           


LIBRO IX


 1-.
®  En todas las amistades entre hombres diferentes la proporción establece la igualdad  y preserva  la amistad.
®  Se considera más justo que fije el valor de un favor quien lo recibió  que el que lo hizo, porque generalmente a todos les parecen de mucho valor las cosas  que les pertenecen y que dan.

2-.
®  En general, debe pagarse una deuda antes de hacer un don, pero si el don es superior a aquella por más noble o más necesario, debemos inclinarnos a éste.

3-.
®  También se discute si deben deshacerse  o no las amistades cuando los amigos  dejan de ser lo que eran. No hay  nada absurdo en que se  separen los amigos del interés o del placer al no reunir una de esas condiciones.
®  Si el amigo se vuelve malo, no es posible amar lo malo y asemejarnos a él, pues se ama lo semejante, a menos que la maldad sea curable.
®  Si un amigo se hace más bueno hasta el punto de alejarse de su amigo, no podrán conservar la amistad, pues no los une nada, pero ciertamente hay que conceder algo a lo que fueron.

4-.
®  Las relaciones amistosas con nuestro prójimo y las notas  por las que se definen las distintas clases de amistad derivan de los sentimientos que tenemos respecto de nosotros mismos, se define en efecto, al amigo como el que quiere y hace el bien.
®  Todas estas condiciones  las cumple el hombre bueno: éste está  de acuerdo consigo mismo y desea las mismas cosas con toda su alma, y quiere ciertamente el bien para sí, y lo pone en práctica por causa de sí mismo.
®  Por darse en el hombre bueno todas estas condiciones respecto de sí mismo y tener para con su amigo las mismas disposiciones (puesto que el amigo es otro yo) también la amistad parece consistir en algo de esto.
®  Parece que el malo no tiene disposiciones amistosas ni siquiera respecto de sí mismo porque no tiene nada amable.

5-.
®  La benevolencia se parece al sentimiento amistoso, pero no es ciertamente amistad; en efecto, la benevolencia se da hacia personas que no conocemos. Tampoco es afecto, porque no tiene tensión ni deseo que acompañan al afecto; además, el efecto se da en el trato y la benevolencia puede surgir de repente.
®  Sin embargo la benevolencia es el principio de la amistad, así como el placer visual lo es del amor. Por eso, de una manera traslaticia, puede decirse que la benevolencia es una amistad inactiva, que puede llegar a serlo con el trato(pero no por el interés o placer)
®  En general surge por una virtud o bondad.

6-.
®  La unanimidad o concordia parece también un sentimiento amistoso por lo que no es mera igualdad de opinión, pues ésta  puede darse en quienes no se conocen.
®  Tampoco implica estar de acuerdo sobre cualquier cosa, sino sobre lo práctico y, dentro de esto, a lo que es importante para todos (como que todos estén de acuerdo en que las magistraturas deban ser electivas)
®  Se da en los buenos, pues aspiran a lo mismo. En cambio, no es posible para los malos, quienes siempre aspiran a más de los que les corresponde.

7-.
®  Tal es el caso de los bienhechores: el favorecido es como obra de ellos, y lo aman más que la obra al que la hizo. Asimismo, para el bienhechor es hermosa su acción, mientras que para el beneficiado sólo es útil; uno es actividad y la otra pasividad.

8-. Se discute si debe amarse a sí mismo por sobre todo
®  Por un lado, se reprocha a quienes son llamados egoístas.
®  Por otro, se dice que debe amarse más al amigo, y sabemos que la amistad procede primariamente  de uno mismo
®  Hay que distinguir: son amantes de sí mismos de modo censurable  quienes buscan riquezas, honores y placeres corporales. Pero quien destina los bienes más nobles y satisface la parte mejor de sí mismo, puede decirse que se ama, mas esto no es reprochable.
®  De modo que el hombre bueno debe ser amante de sí mismo (porque se beneficia a sí mismo y a los demás obrando noblemente), pero el malo no debe serlo, pues sigue sus malas pasiones.
®  El malo tiene desacuerdo entre lo que debe hacer y lo que hace; el bueno, en cambio, hace lo que debe hacer.
®  Es también verdad que el hombre bueno hace muchas cosas por sus amigos hasta morir si es necesario.

9-. Se discute si el hombre feliz necesitará amigos o no
®  Suele decirse que al bastarse a sí mismo, no requieren amigos.
®  Pero resulta absurdo privar al hombre feliz del mayor de los bienes  exteriores; además, es más propio del amigo dar que recibir, por lo que el hombre bueno tendrá necesidad de amigos a quienes  favorecer, aunque ciertamente no encontrará ni utilidad ni placer.
®  Más aún, la felicidad es una actividad, y la actividad es algo que se produce, el hombre dichoso necesitará de tales amigos, ya que quiere contemplar acciones buenas.
®  Si para el hombre dichoso el ser es deseable por sí mismo, porque es por naturaleza bueno y agradable, y algo muy próximo es también para él ser del amigo, el amigo será también una de las cosas deseables.



10-.
®  El número de amigos es limitado, ya que no es posible convivir con muchos y repartirse entre muchos.
®  Quienes tienen muchos amigos parecen ser más bien obsequiosos, es decir, motivados por la civilidad.

11-.
®  La amistad es más necesaria en el infortunio (por eso se necesitan entonces amigos útiles), pero es más noble en la fortuna (pues se buscan también amigos buenos).
®  La presencia de amigos en el infortunio es mixta: produce agrado, pero a la vez es doloroso que el amigo se aflija por el propio dolor.

12-.
®  La sensación de la propia existencia es amable, y por tanto, también cuando se trata de la del amigo. Ahora bien, esta sensación se actualiza en la convivencia, de modo que es natural que los amigos aspiren a ella, pues toman lo noble el uno del otro.


LIBRO X

1.-
→ El placer parece estar asociado de la manera más íntima a nuestra naturaleza.
→ Es de máxima importancia para hallar gusto en aquello que debe hallarse y odiar lo que se debe odiar.

2.-
→ Eudoxo de Cnido opinaba que el placer es el bien supremo porque veía que todos los seres, racionales e irracionales, aspiran a él, y en todos es objeto de preferencia lo que es bueno.
     *el dolor es en sí mismo objeto de aversión, por lo que debe buscarse su contrario.
     *por otra parte, es más apetecible lo que no se apetece por causa de otra cosa.
→ Platón (Filebo, 60 d) argumenta que el bien no es el placer, en efecto, la vida agradable es más apetecible con sabiduría que sin ella, y el bien no puede hacerse más apetecible por añadírsele nada.
→ Los que objetan que no es un bien aquello a lo cual todos tienden temo que no dicen nada, pues aún los seres inteligentes aspiran a ello.
→ Tampoco parece acertado el argumento de que, en este caso, un mal puede oponerse a otro mal, pues si ambos fueran males serían objeto de aversión, lo cual no ocurre.

3.- Confróntese
→ Tampoco de que el placer no sea una cualidad se sigue que no sea un bien, en efecto, tampoco lo son las actividades de la virtud, ni la felicidad.
→ Dicen por otra parte, que el bien es determinado y el placer indeterminado, pues admite un más y un menos. Ahora bien, si así juzgo lo mismo ocurrirá con la justicia y las demás virtudes.
→ Por otra parte, dicen que el bien es perfecto y el movimiento y el devenir son imperfectos. Pero el movimiento no siquiera es movimiento, pues carece de velocidad o lentitud la actividad misma del placer.
→ No es tampoco devenir, pues el dolor es la destrucción de aqullo de los que el placer es la génesis.
→ Dicen también que el dolor es la privación de lo que es conforme a la naturaleza, y el placer la satisfacción, pero estas afecciones son sólo corporales.
→ Contra los que alegan los placeres reprochables podría decirse que esos no son placeres, pues resultan agradables sólo por una disposición viciosa.
→ El hecho de que el amigo sea distinto del adulador parece poner de manifiesto que el placer no es un bien, y hay muchas cosas por las que nos afanaríamos aún cuando no nos trajeran placer alguno. Parece claro que ni el placer es bien, ni todo placer es apetecible, y que algunos son apetecibles por sí mismo.




4.-
→ El placer es un todo completo, pues en ningún momento podría tomarse un placer tal que, prolongándose en el tiempo se refecciones en cuanto a su forma, pues esto se dice de lo divisible.
→ Por eso no es movimiento, ya que todo movimiento transcurre en el tiempo y tiende a un fin, y es perfecto cuando ha alcanzado el fin al que tendía.
→ El placer perfecciona la actividad, no como la disposición que le es inherente, sino como cierta consumación a que ella misma conduce, como la juventud a la flor de la vida.
→ Todas las facultades con incapaces de estar en continua actividad, y el placer sigue a la actividad. Por eso algunas cosas nos deleitan sólo cuando son nuevas.
→ Como el placer perfecciona las actividades, perfecciona también la vida, que todos desean.

5.-
→ Parecen los placeres diferir específicamente, ya que creemos que las cosas distintas específicamente son perfeccionadas por cosas distintas.
→ Lo mismo podría deducirse del hecho de que cada pacer está íntimamente unido a la actividad que perfecciona.
→ Esto resultaría más claro del hecho de que el placer producido por una actividad es un obstáculo para otra.
→ El placer propio de la actividad honesta sería bueno y el de la mala será perversa, ya que cada actividad tiene su placer propio.
→ ¿Cuál será entonces el placer propio del hombre? Es evidente por sus actividades, pues a éstas siguen los placeres.

6.- Resumiendo lo dicho sobre la felicidad:
→ No es hábito o disposición, porque, de serlo, podría darse en quien lleve una vida vegetativa.
→ Se la debe considerar como una actividad, contada entre las deseables por sí mismas. Tales parecen ser las acciones virtuosas, de moso que es valioso y agradable lo que lo es para el bueno, pues se prefiere la actividad según la propia disposición.
→ La felicidad no está en la diversión, pues la felicidad es un fin en sí mismo, y la diversión, una suerte de descanso, no es fin, pues lo tomamos por cause del trabajo.

7.-
→ Si la felicidad es una actividad conforme a la virtud, es razonable que sea conforme a la virtud más excelente, y ésta será la virtud de lo que mejor hay en el hombre. Sea, pues, el entendimiento o sea alguna otra cosa que por naturaleza parece mandar y dirigir y poseer intelección de as cosas bellas y divinas.
→ Que es una actividad contemplativa ya lo hemos dicho.
→ La actividad de la mente, que es contemplativa, parece superior en seriedad, y no aspira a ningún fin distinto de sí misma, y tener su placer propio, y la autarquía, el ocio y la ausencia de fatiga que pueden darse en el hombre dichoso parecen ser evidentemente las de esta actividad.
→ Tal vida sería demasiado excelente para el hombre, pero debemos inmortalizarnos y hacer todo lo posible para vivir de acuerdo con lo más excelente que hay en nosotros.
→ Lo que es propio de cada uno por naturaleza es también lo más excelente y lo más agradable para cada uno; para el hombre lo será, por tanto, la vida conforme a la mente, ya que eso es primariamente el hombre.

8.-
→ Después de ella, lo será la vida conforme a las demás virtudes, ya que sus  respectivas actividades son humanas, puesto que las practican los unos respecto de los otros.
→ Esta virtud moral requiere más de lo exterior que la actividad de la mente.
→ La virtud consiste tanto en la elección como en la actividad, pero el hombre contemplativo no tiene necesidad de esta última.
→ Que la felicidad perfecta es una actividad contemplativa se hace evidente al considerar que los dioses no tienen actividad y que los animales, quienes no participan de la felicidad, no tienen contemplación.
→ El hombre contemplativo, como hombre requerirá del bienestar externo, pero la autarquía no exige superabundancia de ellos.
→ Así lo afirmó Solón al decir que el hombre feliz era aquel que, moderadamente provisto de bienes exteriores, practica la virtud.

9.-
→ No basta con conocer la virtud: hay que procurar tenerla y practicarla.
→ Así, los razonamientos no pueden excitar al  vulgo para inclinar a la virtud, pues este obedece por miedo.
→ La mayor parte de los hombres, asimismo, viven a merced de sus pasiones, persiguen los placeres que le son propios y huyen del dolor.
→ Es evidente que no nos hacemos buenos por naturaleza, ni por razonamiento (salvo en ciertos casos), como ya se ha dicho, pues es necesario que el alma ya haya sido trabajada por los hábitos.
→ Se hace, así, necesario que las costumbres estén reguladas por leyes, pues el hombre vil que sólo aspira al placer debe ser castigado con dolor, como el animal de yugo.
→ En general, las órdenes de ningún hombre aislado tienen fuerza u obligatoriedad, con diferencia de la ley, que es expresión de cierta prudencia e inteligencia.
→ La legislación se considera parte de la política, y ayuda la experiencia en gran medida, pues de no ser así, los hombres no llegarían a ser políticos por la costumbre de la política.






[1] Por si no entendieron al “maestro” Schlack: la virtud o término medio no tiene nombre, el defecto es la mansedumbre (que, como en sí no es tan mala se le denomina así a la virtud) y el exceso es la irascibilidad. Suerte a todos, su gran amigo Nacho.