Ética a Nicómaco
LIBRO I
1)
Toda acción y
elección parecen tender a algún bien.
Bien es aquello a lo que todas las cosas tienden.
Se pueden distinguir 2 tipos de fines:
A) Actividades
B) Obras:
Son superiores en cuanto constituyen el fin de la actividad.
En el caso de que se trate de
fines que dependen de una sola facultad son preferibles los fines de las
actividades principales a los de las subordinadas, ya que estos se persiguen en
vista de aquellos.
2)
El fin de nuestros
actos que queramos por él mismo y por el cual queremos los demás fines
sería lo bueno y lo mejor.
Para alcanzar el conocimiento de este fin hay que
determinar a que ciencia o facultad pertenece: Pareciera ser que esta ciencia
es la política ya que esta es la más principal y eminentemente directiva.
Es esta ciencia la que establece que ciencias y
facultades son necesarias para la ciudad y a ellas se subordinan unas y otras
(estrategia, economía, retórica, etc...)
El fin de la política comprende los de las demás
ciencias de modo que constituirá el bien del hombre ya que si bien es
apetecible el bien de uno, es más grande y perfecto alcanzar y perseverar el
bien de la ciudad.
3)
El hombre instruido
busca exactitud en la medida que lo permita la naturaleza del asunto.
Cada uno juzga bien aquello que conoce y por lo
mismo es que el joven no es un discípulo apropiado para la política, pues esta
no versa sobre el conocimiento, sino que versa sobre las acciones, y éste no
tiene experiencia sobre las acciones de la vida.
4)
Puesto que todo
conocimiento y toda elección tienden a algún bien es que debe determinarse
aquel a que la política aspira y cual es el supremo bien. Respecto de esto es
que tanto los sabios como el vulgo coinciden en que es la felicidad. Pero para
algunos esta consiste en el placer, la riqueza, la salud o los honores de
acuerdo a las circunstancias de cada uno, pero para los sabios el vivir y obrar
bien es lo mismo que ser feliz.
Sin embargo hay algunos, los sabios, que creen que
hay algún otro bien que es bueno por sí mismo y que es la causa de que todos
aquellos sean bienes, para encontrarlo hay que empezar por las cosas más
fáciles de conocer. Por ello es necesario que quien quiera conocer las cosas
buenas y justas y, en suma, la política, debe haber sido bien conducido por sus
costumbres ya que solo un hombre tal tiene ya o adquirirá fácilmente los
principios.
Según Hesíodo: “Es el mejor de todos el que por sí
solo comprende todas las cosas; es noble asimismo el que obedece al que
aconseja bien; pero el que ni comprende por sí mismo ni lo que escucha a otro
retiene en su mente, es un hombre inútil”.
5)
No parece sin razón
entender la felicidad y el bien según las vidas:
A)
La masa y los más
groseros la identifican con el placer y prefieren una vida de bestias.
B)
Los hombres
refinados y activos ponen el bien en los honores, pues tal viene a ser el fin
de la vida política, pero esto parece trivial, pues los honores están más bien
en quien los otorga y se adivina que el bien es algo propio y difícil de
arrebatar
C)
La vida teorética:
Se deja para más adelante.
D)
Vida de negocios:
Es evidente que la riqueza no es el fin que se busca pues sólo es útil para
otras cosas.
6)
El bien se dice de
tantos modos como el ser:
§ Sustancia
§ Cualidad (virtud)
§
Cantidad: La justa medida
§ Relación: Lo útil
No habrá, pues, una noción común
universal, porque de las cosas que son una sola idea habrá una sola ciencia,
pero como el bien se dice de tantos modos como el ser es que no existe esta
noción común universal.
Es evidente que los
bienes pueden decirse de dos modos:
§ Bienes útiles
§ Bienes por sí mismos.
¿Qué bienes se han de considerar por sí?
Podrían considerarse todos aquellos que buscamos incluso aislados,
como el pensar y el ver y algunos
placeres y honores. Si se considera solo la idea, la especie sería inútil.
Pero las nociones de honor, prudencia y placer son distintos en tanto
que bienes, pese a resplandecer en todos una misma noción, por lo que no es
según una sola idea.
¿Cómo se dice entonces?
¿Acaso por proceder de uno o tener un mismo fin, o más bien por ambos?
Como la vista en el cuerpo, la inteligencia en el alma, etc...
Si la idea fuera algo uno o completamente separado el hombre no podría
realizarlo ni adquirirlo.
Todas las ciencias aspiran a algún bien, y buscando lo que les falta,
dejan de lado el bien mismo.
7)
¿Qué es el bien?
Parece que es distinto en cada actividad y en cada
arte: Medicina = Salud, Estrategia = Victoria, etc...
Puesto que parece que los bienes son varios y que
algunos los elegimos por otros (riqueza) es evidente que no todos son perfectos.
Pero lo mejor ha de ser algo perfecto; por lo tanto se busca un bien perfecto o
el más perfecto de haberlo. Tal bien perfecto parece ser la felicidad, pues la
elegimos siempre por ella misma; otros bienes que son buscados por si mismos,
también se desean por la felicidad.
Felicidad: Estimamos suficiente lo que por si solo
hace deseable la vida y no necesita nada (Es lo más deseable sin añadidura,
pero resulta más deseable si se le añade el más pequeño de los bienes). Como
fin de los actos es perfecta y suficiente. Pero no se entiende por suficiente
una vida solitaria (zoon politikon).
La función del hombre:
-
Parece que lo bueno
y el bien están en la función; así será
en el hombre si tiene una función.
-
Esta función no
puede ser la nutrición y el crecimiento pues es común a las plantas.
-
Esta función no
puede ser la vida sensitiva pues es común a las bestias.
-
Debe ser por lo
tanto, una actividad del alma según la razón (Específicamente del hombre y del
hombre bueno).
-
El fin del hombre
es una cierta vida, y ésta una actividad del hombre y acciones razonables,
según la virtud adecuada.
-
El bien humano es
una actividad del alma conforme a la virtud y si las virtudes son varias,
conforme a la mejor y más perfecta, y además en una vida entera.
8.
- Divididos los bienes en 3 clases,
los exteriores, los del alma y los del cuerpo, se dice que los del alma
son los primarios y los más propiamente bienes.
- Es exacta en cuanto se dice que
el fin consiste en ciertas actividades.
- Se concuerda con aquellos que
afirman que la felicidad es una virtud o una cierta virtud, pues pertenece
a ésta la actividad conforme a ella
- Los placeres de la mayoría de los
hombres están en pugna porque no lo son por su naturaleza, mientras que
para los iniciados en las cosas nobles son agradables las cosas que lo son
por naturaleza.
- Ésta clase de vida tiene el
placer en si misma, pues ni siquiera es bueno el que no se complace en las
buenas acciones
9.
- Cabe determinar si puede
aprenderse o adquirirse o si bien viene por destino o por fortuna
- Es razonable que la felicidad, el
mayor de los bienes sea don de los dioses
- Es más razonable, sin embargo,
que se adquiera por aprendizaje que por fortuna, pues las cosas naturales
son por naturaleza del mejor modo posible.
- También es evidente por la definición
de actividad del alma según la virtud.
- Tiene sentido, pues, “que no sea
feliz el buey o el caballo”.
10. Se contradice la afirmación de Solón de
que ningún hombre es feliz hasta su muerte:
Ø
No es posible ya
que consta en una cierta actividad.
Ø
Para el hombre que
ha muerto existe un mal y un bien para sus descendientes.
·
No se deben seguir
las vicisitudes de la fortuna, porque no estriba en ellas ni el bien ni el mal,
aunque la vida requiera de ellas.
·
Lo que determina la
felicidad son las actividades de acuerdo con la virtud ---vienen con mas
continuidad en los hombres; en cuanto a las vicisitudes, tal virtud le permite
“sobrellevarlas de la mejor manera”.
·
Ningún hombre
venturoso podrá llegar a ser desgraciado, ya que jamás hará lo que es vil y
aborrecible.
·
Si sobrevienen
grandes males, oprimen y corrompen la felicidad, pero también resplandece la
nobleza al soportar muchos y grandes infortunios.
·
Nada impide, pues,
llamar feliz al que actúa conforme a la virtud perfecta y está suficientemente
provisto de bienes externos, no en un tiempo cualquiera, sino la vida entera
11.
- Parece que alcanza de algún modo
a los muertos la prosperidad de sus amigos, e igualmente sus desgracias,
pero de tal modo y en tal medida que ni pueden hacer que los felices no lo
sean ni otra cosa semejante
12.
- Cabe determinar si la felicidad
es cosa elogiable, o más aún, digna de ser ensalzada, pues es claro que no
es una mera facultad
- Todo lo elogiable se elogia por
ser de cierta índole y por tener cierta referencia a algo.
- De las cosas mejores no hay
elogio, sino algo mayor y mejor, pues a los dioses se los ensalza como
bienaventurados y felices
- Nadie elogia la felicidad como
elogia lo justo, sino que la ensalza como algo justo y mejor.
13.
- Puesto que la felicidad es una
actividad del alma según la virtud perfecta, hay que tratar de la virtud
- Llamamos virtud humana no la del
cuerpo, sino la del alma
- Alma es en parte racional y en
parte irracional
- Lo irracional es en parte común y
en parte vegetativo; no participa de la razón ni de la virtud
- Otro principio irracional,
apetitivo o desiderativo, participa, especialmente en el hombre
morigerado, en cierto modo de la razón.
- También la virtud se divide de
acuerdo a un doble principio en:
-dianoéticas
(sabiduría, inteligencia y prudencia)
-éticas (libertad y
templanza)
- Si hablamos del carácter no
decimos que es sabio o inteligente, sino que es amable o morigerado, y
también elogiamos al sabio por su hábito, y a los hábitos dignos de elogio
los llamamos virtudes.
LIBRO II
1.
Dianoética: Debe su origen principalmente a la enseñanza
- Ética: procede por la costumbre,
de lo cual se deduce que ninguna de tales virtudes se produce por
naturaleza, ya que nada natural se modifica por costumbre.
- Por lo tanto las virtudes no se
dan por naturaleza ni contra esta, sino que se manifiestan según ella.
- Además, toda facultad natural se
adquiere primero y se ejerce luego; las virtudes, en cambio, se adquieren
mediante el ejercicio previo
- Es nuestra actuación en nuestras
transacciones con los demás hombres lo que nos hace a unos justos y a
otros injustos. En suma, los hábitos se engendran por las operaciones
semejantes.
2.
- Se debe considerar lo relativo a
las acciones, pues de ellas emana la virtud
- Que hemos de actuar según la
recta razón es un principio común que damos por supuesto
- Las virtudes se destruyen por
exceso y por defecto, y el término medio las conserva.
- Hay que considerar como indicio
de los hábitos el placer o el dolor consiguiente a las acciones: el que se
aparta de los placeres corporales y se complace en eso mismo es
morigerado, el que siente contrariedad es licencioso. De ahí la necesidad
de haber sido educados de cierto modo, por causa del placer por causa del
placer hacemos lo malo y por causa del dolor nos apartamos del bien.
- Si las virtudes están referidas a
acciones y a estas siguen el placer o el dolor, la virtud esta referida a
placeres y a dolores, pues los hombres se hacen malos por perseguirlos o
rehusarlos. De ahí que las virtudes se definen también como “una especie
de impasibilidad o serenidad”
- Son tres los objetos de
preferencia – lo hermoso, lo conveniente y lo agradable – y tres los
objetos de aversión – lo feo, lo perjudicial y lo penoso. De todo esto el
bueno acierta y el malo yerra.
4.
- Las acciones de acuerdo con las
virtudes, a diferencia de las artes, no están hechas justa y
morigeradamente por ellas mismas, sino que además se requieren ciertas
condiciones en quien las realiza
- Consentimiento
- Eligiéndolas
por ellas mismas
- Actitud
firme e inconmovible
5.
- Se debe considerar qué es la
virtud. En el alma ocurren:
a) Pasiones:
apetencia, ira, miedo, atrevimiento, envidia, alegría, etc.
b) Facultades:
Aquellas en virtud de las cuales se dicen que nos afectan esas pasiones
c) Hábitos:
Aquello en virtud de lo cual nos comportamos bien o mal respecto de las
pasiones
- No son pasiones ni las virtudes
ni los vicios, porque no se nos llama buenos o malos por nuestras
pasiones, sino que por nuestras virtudes o vicios. Además, sentimos ira o
miedo sin nuestra elección, mientras que las virtudes implican una
elección.
- Tampoco son facultades, pues
tampoco se elogia o censura por sentir tales pasiones, ya que no somos
buenos o malos por naturaleza.
- Las virtudes son por lo tanto
hábitos.
6.
- Toda virtud perfecciona la
condición de aquello de lo cual es virtud
- Así, la virtud del hombre será el
hábito por el cual el hombre se hace bueno y por el cual ejecuta su
función propia
- En todo continuo y divisible es
posible hallar un punto medio; lo mismo ocurre en el exceso y el defecto.
Se llama término medio porque dista igualmente de ambos extremos
- Todo conocedor rehuye del exceso
y del defecto y busca el término medio y lo prefiere; pero el termino
medio no de la cosa, sino el relativo a nosotros.
- Por lo tanto, la virtud es un
cierto término medio, pues hay una sola manera de ser bueno y muchas de
ser malo.
- La virtud es un hábito selectivo
que consiste en un término medio relativo a nosotros determinada por la
razón y por aquella por la cual decidiría el hombre prudente.
- Sin embargo, no toda pasión u ocasión admite
término medio.
7.
Se dan
ejemplos de las 3 disposiciones
8.
- Los extremos son contrarios entre
si y cada uno a su término medio
- La oposición entre los extremos
es mayor a la de uno de estos con respecto del término medio
- Algunos términos medios se oponen
mas a un opuesto que al otro
9.
- Es cosa trabajosa ser bueno, pues
es difícil hallar el término medio
LIBRO
III
1.- Es necesario reflexionar sobre lo Voluntario e Involuntario, pues la virtud se refiere a acciones y
pasiones.
Las acciones voluntarias son objeto de reproche o
alabanza; las involuntarias de indulgencia o compasión.
- Parece, pues, que son involuntarios las que realizan
por fuerza o ignorancia. Lo que se hace por temor o males mayores o por una
causa noble, es dudoso si debe llamarse voluntario o involuntario.
- Hay Acciones
Mixtas, como arrojar la carga en una tempestad, pero se parecen más a los
voluntarios, pues en ese momento
eran preferibles.
- Lo voluntario o involuntario, pues, se refieren al
momento en que se hacen.
- Se obra voluntariamente, por el contrario, cuando el
principio del movimiento de los miembros instrumentales está en el mismo que
los ejecuta.
- Son forzosas aquellas acciones cuya causa está fuera
del agente y en las que éste no tiene parte alguna, así, no pueden llamarse
propiamente involuntarias las mixtas de involuntario.
- Todo lo que se hace por ignorancia es simplemente no
voluntario y propiamente involuntario lo que se hace con dolor o placer.
- No se debe considerar la ignorancia en la elección
(pues engendra maldad) o la ignorancia general (también es reprochable), sino
aquella relativa a las circunstancias y al objeto de la acción.
- Podría creerse que lo voluntario es aquello cuyo
principio está en uno mismo y que conoce las circunstancias concretas de la
acción.
- Pero son igualmente humanas las acciones nacidas del
apetito o del coraje en cuanto emanan de un solo sujeto.
2.- Elección: es algo manifiestamente voluntario, pero no se
identifica con lo voluntario, que tiene más extensión.
- No es un
apetito o impulso, pues no es común a los irracionales; un apetito no puede
oponerse a un apetito.
- No es tampoco
un deseo, pues este último puede referirse a lo imposible o lo ajeno, no
así la elección. El deseo se refiere al fin y la elección a los medios, los
cuales dependen de nosotros.
- Tampoco es una
opinión, pues esta se refiere a lo verdadero o a lo falso, mientras que la
elección a lo bueno o lo malo.
- Se dice, pues, que es lo que ha sido objeto de la deliberación previa (pro-aíresis).
3.- Se delibera sobre lo que está a nuestro alcance y es
realizable (no se delibera sobre lo externo o el hallazgo de un tesoro)
- Sobre todo deliberamos por lo que se hace por
mediación nuestra aunque no siempre se hace de la misma manera (como los
negocios o la navegación).
- La deliberación se da respecto de las
cosas que usualmente ocurren de cierta manera, pero cuyo resultado no está
determinado.
- Pero no deliberamos respecto de los fines, sino de
los medios (un médico no delibera respecto de si va a lograr curar o no).
- No se delibera sobre casos individuales, pues
depende de la percepción.
- El objeto de la deliberación y el de la elección son
el mismo, salvo que el de la elección está determinado por la deliberación.
4.- La voluntad tiene por objeto el fin, pero unos piensan
que el Bien y otros que el Bien Aparente.
- si se dice que es el Bien, se sigue que no es objeto
de la voluntad lo que quiere quien no ha escogido bien.
- Si se dice que es el Bien Aparente, se sigue que
nada es deseable por naturaleza.
- Se debe decir que de un modo absoluto y en verdad es
objeto de la voluntad el bien, pero para cada uno lo que le aparece como tal.
- El bueno juzga todas las cosas y se las muestra en
ellas la verdad.
5.- Siendo el objeto de la voluntad el fin, de la
deliberación y la elección los medios para el fin, las acciones relativas a
éstos serán conforme con la elección y voluntarias. Por tanto, están en nuestro
poder el vicio y la virtud.
- Las acciones no son voluntarias del mismo modo que
los hábitos; aquellos lo son de principio a fin, éstos al principio, pero
siendo voluntarios porque estaba en nosotros comportarnos de tal o cual manera.
6.- Valor: ha quedado manifiesto que es término medio entre el
miedo y la temeridad.
- Acaso no se debe temer a los males que no provienen
de vicio o culpa, pero a quienes no les temen se les llama analógicamente
valientes.
7.- El que soporta y teme lo que debe y por el motivo
debido, como y cuando debe, y confía del mismo modo, es valiente, porque el
valiente sufre y obra según las cosas lo merecen y como la razón los ordena.
8.- Se da también el nombre de Valor a otras 5 formas:
a)Valor Cívico: por causa de castigos,
censuras y los honores.
b) Experiencia de las Cosas Particulares
(Sócrates: la valentía es ciencia)
c) El Brío, sin embargo, los valientes
obran por un fin noble; los briosos,
como las fieras, lo hacen por dolor o coraje.
d) Los Animosos, pero estos obran por
fanfarronería y mientras las cosas se dan como pretenden.
e) Los Inconscientes, pero éstos carecen
de dignidad.
9.- Es valiente
el que ante las cosas que inspiran temor se muestra imperturbable más que el
que obra así de frente a circunstancias que inspiran confianza.
10.- La Templanza: término medio respecto de
los placeres.
- Se refiere a los placeres corporales, pues no
llamamos licenciosos o morigerados a quienes persiguen estos placeres del alma.
- La Templanza y el desenfreno tienen por objeto los
placeres de que participan también los demás animales, placeres que por eso
parecen servirles y bestiales, y éstos son los del tacto y los del gusto.
11.- De los deseos, unos parecen ser comunes y otros
peculiares.
- En los deseos naturales pocos yerran, y en un solo
sentido, el exceso.
- Pero en los peculiares son muchos los que yerran y
de muchos modos, ya sea aficionado (gusta de lo que no debe o más que los
demás) o licencioso (se excede en todo).
- El licencioso lo es porque se aflige más de la
cuenta cuando no alcanza los placeres, y el morigerado porque no se aflige por
la falta o abstinencia de lo placentero, guiándose por la recta razón.
- Personas que pequen por defecto respecto de los
placeres apenas los hay, pues incluso los animales distinguen los buenos
alimentos de los malos.
12.- El desenfreno parece ser más voluntario que la
cobardía; en efecto, el primero tiene por causa el placer, la segunda el dolor,
y el placer se elige mientras que el dolor rehuye.
- aplicamos el nombre de intemperancia a las faltas de
los niños quienes viven según los apetitos y el deseo de lo agradable.
- Tal como los apetitos del niño se someten al
preceptor, los apetitos deben ordenarse a la razón.
LIBRO IV
1. La
generosidad parece ser el término medio respecto de las riquezas, del
modo de darlas y tomarlas, pero principalmente de lo primero. El exceso es la prodigalidad
mientras que el defecto es la avaricia.
De
las cosas que tienen uso, es posible usarlas bien o mal y la riqueza pertenece
a las cosas útiles. Lo usará mejor quien tenga la virtud relativa a la riqueza,
es decir, la generosidad.
Las acciones conformes a la virtud son
nobles; el generoso dará, pues, con nobleza y rectamente: a quienes debe,
cuánto y cuándo deba. Esto debe ser con agrado y sin pesar, pues lo que
concuerda con la virtud es agradable.
La generosidad no consiste en lo que se da,
sino cómo se da, es decir, la disposición.
La prodigalidad se excede en dar y no en
tomar, la avaricia peca por defecto en dar y se excede en tomar. La
prodigalidad se dice mejor que la avaricia, lo curan fácilmente la edad y la
pobreza y se asemeja al generoso en que da y no toma, sólo que no da como es
debido.
Sin embargo, la mayoría de los pródigos
son, en cierto modo, avaros pues para dar toman de donde no deben. La avaricia
parece incurable y se dice más opuesta a la generosidad que su otro extremo.
Suele dividirse en defecto en dar en algunos y en exceso en tomar en otros.
2. La
magnificencia es también una virtud relativa a las riquezas, pero sólo
referida a las acciones dispendiosas, a un gasto oportuno a gran escala
(oportuno se refiere a la persona, la circunstancias y el objeto). Su defecto
es la mezquindad y su exceso la ostentación vulgar, siendo vicios
pero que no acarrean descrédito.
El espléndido se parece al entendido: es
capaz de considerar lo oportuno y gastar grandes cantidades en consonancia. Su
objeto son principalmente las cosas sagradas o lo que interesa a la comunidad.
3. Se
tiene por magnánimo al que tiene grandes pretensiones y es digno de
ellas. El magnánimo es un extremo desde el punto de vista de la grandeza, pero
su actitud es término medio porque sus pretensiones son conformes con sus
méritos; los otros se exceden o se quedan cortos (vanidosos, en el
primer caso o pusilánimes, en el segundo).
Si se cree digno de grandes cosas, siéndolo,
se dirigirá al mayor de los bienes exteriores, el honor.
El magnánimo ha de ser bueno, pues el honor es el premio de la virtud.
El magnánimo lo es respecto de los honores y la privación de ellos, pues
aceptará aquellos que le sean dignos y rechazará los que le son indignos.
Los
dones de la fortuna hacen más magnánimos, pero en realidad sólo el bueno es
digno de honor. No ama el peligro, pero no regatea su vida (!). Hace
beneficios, pero se avergüenza de recibirlos.
La
pusilanimidad parece más opuesta a la magnimidad que la vanidad.
4. Parece
que también existe otra virtud respecto de los honores, en la misma relación
que hay entre la generosidad y la esplendidez, pues nos dan la disposición
debida en lo pequeño. Sus opuestos son ambición y la falta de ambición.
5. La
mansedumbre es termino medio respecto de la ira; como este termino medio
carece de nombre y los extremos están casi en el mismo caso, aplicamos la voz
mansedumbre al término medio, aunque se inclina hacia el defecto, que carece de
nombre.
El manso es quien se encoleriza con quién,
cómo y cuándo es debido, pero parece inclinarse al defecto, pues es más bien
indulgente. A este término oponemos más bien la irascibilidad. [1]
6. Hay
quienes alaban todo y no se oponen a nada (por obsequios o por aduladores)
y otros que se muestran descontentadizos. El término medio es lo
laudable: quienes aprueban lo debido y desaprueban análogamente. Se asemeja a
la amistad, pero se diferencia en cuanto se hace no por afecto, sino de acuerdo
con lo debido.
7. Refiriéndose
a los que son verdaderos o falsos, hay quienes se atribuyen lo que da gloria
sin pertenecerle ello o bien en menor medida de lo atribuido (jactancioso
o arrogante) y otros que le quitan importancia a lo que tienen (irónicos).
El término medio es el hombre sincero,
pero no respecto de la justicia, sino de aquello en que la honestidad es
indiferente.
Los falsos son ambos reprensibles, pero más
el jactancioso, aunque también son reprobables los que se jactan del defecto (hipócritas).
8. En
la diversión también hay un término medio: quienes conversan apacible e
ingeniosamente, extendiéndose esto al tacto en aquello que se dice.
Sus extremos son aquellos que son los bufones
vulgares, por exceso y aquellos que son intratables y ásperos, por
defecto.
9. No
debe hablarse del pudor como una virtud; se le define como un cierto
miedo al desprestigio, lo cual es una afección corporal, más propia de la pasión
que del hábito.
LIBRO V
1.
- Llamamos justicia
a la disposición en virtud de la cual los hombres practican lo q es justo,
obran justamente y quieren lo justo.
- llamamos justo tanto lo q se conforma a la ley como quien es equitativo,
por tanto lo justo es legal y equitativo.
- es
evidente q todo lo legal es en cierto
modo justo, las leyes proponen lo q conviene en común a todo. Por esto la
justicia es la máxima virtud, pues es la única que se refiere al bien ajeno, la
justicia será por tanto el vicio total.
2.
- Pero, en
todo caso, lo que estamos investigando es la justicia que es parte de la
virtud, pues hay una q lo es.
- señal de esto es q el q practica otra clase de vicio es injusto, pero no
codicia nada, y cuando se codicia se actúa a impulsos de cierta maldad o
injusticia.
- la
injusticia de la que antes hemos hablado es la de lo contrario a la ley, y lo
desigual y lo contrario a la ley no son lo mismo, sino distintos como la parte
del todo (ya que todo lo desigual es contrario a la ley, pero no todo lo
contrario a la ley es desigual)
- de la
justicia parcial una parte o especia es la q se practica en la distribución de honores, dinero u otra
cosa, y otra q regula o corrige
los modos de trato, la cual incluye los tratos voluntarios (compra-venta;
usufructo; préstamo) y los involuntarios, los cuales pueden ser clandestinos
(adulterio; prostitución; asesinato; falso testimonio) o violentos (ultraje,
homicidio; robo; difamación)
3. Justicia
distributiva:
- esta es
una proporción geométrica, es decir es todo respecto del todo en la misma relación
que la parte con la parte.
- existe un
término medio de lo desigual, y este es lo igual, porque en toda acción donde
se da lo más y lo menos también se da lo igual. Lo justo es, pues, igual y un
termino medio. Este término medio lo será en algo y de algunos, respecto de los
extremos de cometer una injusticia y padecerla.
- Lo justo
requerirá, necesariamente, cuatro términos por lo menos:
Aquellos
para quienes tiene q ser justo serán dos
y aquella en que se expresa lo justo serán dos asimismo. Lo justo es,
pues, una proporción. en efecto, todos coinciden en que lo justo de las
distribuciones se da de acuerdo a méritos (libertad. los democráticos; riqueza,
los oligárquicos; o en la virtud los aristocráticos).
4. Justicia
de los modos de trato:
- es también
una igualdad, pero según una proporción
Aritmética (lo mismo da que un hombre bueno haya defraudado a un hombre
malo q el caso contrario)
- así este
tipo de injusticia es la que el juez intenta igualar con el castigo, quitando
del lado de la ganancia de modo que la justicia correlativa será el término
medio entre la pérdida y la ganancia, un tener lo mismo antes y después.
5.
- Hay
quienes dicen que lo recíproco es, sin más, lo justo. A esto, sin embargo, hay
que añadir que debe ser lo recíproco propiorcional, pero no igual, Esto es lo
que permite el intercambio en la comunidad. El término medio de esto es la
moneda, la cual, por convención, es unidad de conmesurabilidad.
6. Justicia
Política:
- Existe
entre personas que participan de una vida común para hacer posible la
autarquía, personas libres e iguales.
- Hay justicia,
en efecto, para aquellos cuyas relaciones están reguladas por una ley, y hay
ley entre quienes se da la injusticia.
- el
gobernante es guardián de l justicia (y, por ende, de la igualdad). Se
considera que no tiene más si efectivamente es justo, haciéndose digno de
honores. Si no se contento con esto, es un tirano.
- La
justicia doméstica no es la misma que la política, pues no hay propiamente
justicia respecto de sí mismo.
7.
- La
justicia política se divide en Natural y Legal; natural, la que tiene en todas
partes la misma fuerza, independientemente de lo que parezca o no; y Legal
aquello que en un principio da lo mismo que sea así o de otra manera, pero no
luego de establecido, como sacrificar una cabra y no dos ovejas.
8.
- El acto
justo o injusto se define por su carácter voluntario, es decir, por lo que se
hace teniendo el poder de hacerlo o no, y sabiendo a quién, con qué y para qué-
- cuando la
obra a sabiendas, pero no de un modo deliberado, se obra injustamente, pero no
por ello los autores son injustos.
- no son
perdonables los errores por una ignorancia motivada por una pasión que no es
natural.
9.
- Cabe
preguntarse si es voluntario recibir o padecer una justicia o injusticia:
- parecería
absurdo, aún en el caso de ser tratado justamente, que siempre fuera
voluntario, porque algunos son tratados justamente sin quererlo ellos.
- Sin duda
uno puede recibir un daño y sufrir injusticias voluntariamente, pero nadie es
objeto de un trato injusto voluntariamente, pues nadie quiere lo que no cree
bueno.
- no se
puede decir que obra injustamente para sí mismo quien da a otro más que a sí
mismo, pues no se sufre nada contrario a la voluntad.
- La
injusticia en el distribuir no está en quien recibe, sino en quien distribuye,
pues éste es el principio de acción.
- Lo justo
de da entre aquellos que participan de las cosas buenas en sí mismos y que
pueden tener exceso o defecto de ellas,
por lo cual la justicia es algo humano.
10.
- lo
Equitativo, si bien es mejor que una especia de justicia, es justo, y no es
mejor que lo justo como si se tratara de otro género. Lo mismo es, por tanto,
justo y equitativo, y siendo ambos buenos, es mejor lo equitativo. Lo que
ocasiona la dificultad es que lo equitativo es justo, pero no en el sentido de
la ley, sino como rectificación de la justicia legal, allá donde no alcanza y
yerra el legislador.
11.
- no es
posible obrar injustamente sobre sí mismo, pues sería como poseer y no poseer
algo al mismo tiempo, lo cual es imposible
- Se admite,
por semejanza, una cierta justicia entre partes de uno, la justicia doméstica.
LIBRO VI
1- Se
dice que tb la parte racional del alma tiene dos “aspectos”: una parte
científica, con la cual contemplamos las clases de entes, y otra calculativa,
con la que calculamos que tiene esa posibilidad
2- 3
cosas en el alma rigen la acción y la verdad: la sensación, el entendimiento y
el deseo. La sensación no es ppio de acción, pues existen en los animales y
estos no participan de su acción.
El razonamiento tiene que ser verdadero y
el deseo recto para que la elección sea buena. Esta clase de entendimiento es
práctico.
Del
entendimiento teorético y no creador, el bien y el mal son, respectivamente, la
verdad y la falsedad.
El ppio de la acción es la elección y el de
la elección el deseo y la elección orientada hacia un fin, por lo que sin
entendimiento y disposición moral no hay elección, pues esta es inteligencia
deseosa o deseo inteligente.
Nada que haya ocurrido es objeto de
elección
La operación de las dos partes electivas es, pues, la
verdad.
3- Damos
por sentado que aquellos por los cuales el alma realiza la verdad mediante la
afirmación y la negación son en número de 5: el arte, la ciencia, la prudencia,
la sabiduría y el intelecto.
4- Entre
las cosas que pueden ser de otra manera están lo que es objeto de producción,
cuya disposición racional es la técnica, y lo que es objeto de acción.
5- Sobre
la prudencia:
Parece propio del hombre prudente el poder
discurrir bien sobre lo que es bueno y conveniente para el mismo, para vivir
bien en gnral.
Es prudente pues el hombre reflexivo. Pero
nadie puede reflexionar o delibera sobre lo necesario, por lo que la prudencia
no es ciencia.. Tp es arte, ya que la acción y la producción son de distinto
genero.
Tiene que ser por tanto, una disposición racional
verdadera y práctica respecto de lo que es bueno y malo para el hombre.
La prudencia es una virtud ( pues no existe
una excelencia, como en el arte) y será la virtud de la parte racional que
forma opiniones, pues ambas se refieren a lo contingente.
6- Ciencia
es juicio sobre lo universal y lo que es necesariamente.
Hay ppios de lo demostrable y lo científico
que no pueden ser de la ciencia, el arte o la sabiduría, por lo que pertenecen
al intelecto (pag 93)
7- La
sabiduría la atribuimos en las artes a los mas consumados en ellas
La
sabiduría es el mas perfecto de los modos de conocimiento, pues el sabio debe
conocer la verdad de los ppios y no solo estos (de modo que es intelecto y
ciencia).
La sabiduría es ciencia e intelecto de los
que es mas excelente por naturaleza (pues lo propio y lo contingente atañen a
la prudencia).
8- La
prudencia en propiedad la decimos del individuo; cuando la prudencia se aplica
a la ciudad, decimos que es prudencia legislativa, al tiempo que la que tiene
por objeto lo particular decimos que es política.
9- El
indagar y el deliberar son diferentes, si bien la deliberación es una forma de
indagación. Es preciso det que es la deliberación.
No es ciencia, pq no se indaga lo que se
sabe; tp es buen tino, porque el buen tino es algo que no necesita razonar; no
es opinión, pues todo aquellos de que hay opinión esta ya, ipso facto.
Está claro, pues, que es una cierta
rectitud, al no haber buena deliberación sin razonamiento, decimos que es una
rectitud del discurso.
Se debe añadir que la rectitud consiste en
una conformidad con lo conveniente, tanto en lo referido al objeto de
deliberación, como al modo y tiempo.
Buena deliberación: en sentido absoluto (al
fin, sin mas) y determinada (a un fin det). Es la rectitud conforma a lo conveniente
para el fin aprehendido por la verdadera prudencia.
10-
El entendimiento y
el buen entendimiento es en virtud de los cual decimos que los hombres son
inteligentes o están dotados de buen inteligencia.
No es el entendimiento ciencia ni opinión,
ni tp ciencia particular alguna (pues se refiere a lo que puede ser objeto de
deliberación).
Se aplica a lo mismo que al prudencia, pero no es normativa, sino
discriminativa, es lo que se ejercita en la opinión para juzgar acerca de las
cosas que son objeto de prudencia cuando habla otro.
11-
La llamada
comprensión es el discernimiento recto de lo equitativo.
Todo esto converge a lo mismo: atribuimos a
las mismas personas el tener comprensión o inteligencia, así como ser prudentes
o tener entendimiento.
Queda así dicho que la sabiduría y la
prudencia son respectivas virtudes de una parte del alma.
12-
De la utilidad de
la sabiduría y de la prudencia, se dirá que son necesariamente elegibles en si
mismos por ser cada uno de ellos la virtud de una parte del alma.
La sabiduría, como parte de la virtud
total, produce felicidad en su posesión.
El hombre lleva a cabo su obra mediante la
prudencia y la virtud moral, pq la virtud hace recto el fin y la prudencia los
medios que a el conducen (a esto se añade la destreza, que permite alcanzar el
blanco).
13- Del
modo que en la parte del alma que razona a base de opiniones hay dos formas (la
destreza y la prudencia), en la parte moral existe la virtud natural,
disposición que nos viene por nat, y la virtud por excelencia, la cual se
alcanza al adquirir raciocinio, por lo que no puede existir sin la recta razón o la prudencia (sin ser una
razón, como afirmaba Sócrates).
LIBRO
VII
1.- Hay 3 clases de condiciones morales que
se deben rehuir: el vicio, la incontinencia y la brutalidad. Sus opuestos son
la virtud, la continencia y la virtud sobrehumana.
Una
persona que es continente se apega a la razón y rechaza las pasiones; el
incontinente en cambio no se apega a la razón.
2.- Sócrates niega que el hombre incontinente
juzgue rectamente, pues no admite que el conocimiento pueda ser dominado.
Sin
embargo, si fuera opinión y no conocimiento lo que domina a aquel que se somete
al placer, seriamos indulgentes con la maldad consecuentemente (confróntese).
No
puede oponerse a la incontinencia la prudencia, pues, de ser así, un hombre
incontinente seria a la vez prudente.
3.- Ni aun el incontinente absolutamente
hablando lo es de todo, sino respecto de aquello que hace que el desenfreno lo
sea, además de ser algún modo, porque de lo contrario no se distinguiría el
licencioso del continente, pues sino obra deliberadamente creyendo que se debe
perseguir siempre el placer presente, mientras que el otro no lo cree, pero lo
persigue.
En
cuanto que es una opinión verdadera y no un conocimiento lo que contrarían al
conducirse incontinentemente, no hace la diferencia alguna, pues algunos de los
que tienen opiniones creen saber rigurosamente.
Saber,
asimismo, se dice respecto del que tiene conocimiento y no lo ocupa como de
aquel que lo tiene y lo ocupa. Por esto no habrá extrañeza ante aquel que no
hace lo que debe teniendo el conocimiento, pero sin tenerlo en cuenta.
Además,
puesto que hay dos clases de premisas, nada impide que uno obre contra su
conocimiento teniéndolas las dos, pero sirviéndose solo de la universal y no de
la particular, porque lo que se refiere a la acción es lo universal.
Además
es posible tener en cierto modo el conocimiento y no tenerlo, como aquel que
duerme o el embriagado.
*Una
opinión es universal, la otra se refiere a lo particular (con. sensible);
cuando de las dos resulta una sola, el alma afirma por un lado la conclusión, y
por otro actúa inmediatamente en el orden práctico.
Por
tanto, la opinión universal puede prohibir gustar, y por otra parte la que de
todo lo dulce es agradable y esto es dulce (ésta es la que hace actuar) nos
mueve a ello por el deseo.
De
este modo somos incontinentes movidos de cierta manera por la razón y la
opinión, opinión que no se opone a la recta razón por si misma, a no ser por
accidente – pues su contrario es el deseo - . Por eso los animales no son
incontinentes, porque no tienen ideas universales.
Como
el conocimiento no se relaciona con el término concreto sino con el universal,
parece darse lo que decía Sócrates: en efecto, no se produce la afección de lo
que nosotros llamamos conocimiento en sentido estricto, sino que se relaciona
con el sensible.
4. Debe determinarse si alguien puede ser
incontinente en sentido absoluto o no:
Es
evidente que tanto los continentes como los incontinentes se dicen respecto de
los placeres y los dolores
Ahora
bien, de los placeres algunos son necesarios (alimento) y los otros apetecibles
en si mismos, pero no necesarios (honor, la riqueza, etc.)
A estos últimos no se les llama incontinentes
sin más y de un modo absoluto, pues añadimos “respecto del dinero” o del honor
o la riqueza, es decir, reciben este nombre por analogía.
De los primeros decimos que son
incontinentes sin añadir “respecto de tal cosa” , es decir, aquel que persigue
el exceso de placer y rehuye el dolor, no es virtud de una elección, sino en
contra de esta y su razón.
Por que se refieren a las mismas cosas se
pone junto al morigerado; al continente y al licencioso y al incontinente, pero
sus modos son distintos.
Los apetitos y placeres lo son de cosas
nobles y buenas, otro de cosas contrarias a estas y otras intermedias. De las
primeras o intermedias no decimos que son malas per se, sino su exceso.
5- Hay cosas que son agradables por naturaleza, y
de estas unas lo son absolutamente y otras para determinadas clases del hombre,
por otra parte hay otras que no son naturalmente agradables, pero llegan a
serlo a causa de trastornos, por hábito, o por depravación de la naturaleza. Es
evidente que hay una incontinencia brutal o patológica, pero en sentido
estricto solo es incontinencia la humana.
6- La incontinencia de la ira es menos
vergonzosa que la de los apetitos, pues parece que la ira oye en parte a la
razón, pero los apetitos no.
-
Es mas injusto el solapado, y el iracundo no lo es.
-
Además, todo el que obra con ira obra a disgusto, pero quien sigue a los
apetitos lo hace gozándose en ello.
-
Siempre es menos dañina la maldad del que no tiene en sí el principio de
acción.
7- El que persigue los excesos en cosas
agradables deliberadamente y por si mismos es licencioso; un hombre así no es
de arrepentimiento fácil.
Es
peor el licencioso que el incontinente, pues es mas vergonzoso aquel que no es
movido por un deseo – o lo es débilmente
– que aquel que lo hace por un deseo vehemente.
La
incontinencia lo es por apresuramiento o por debilidad; unos, en efecto
reflexionan, pero llevados por la pasión, no se atienen después a sus
resoluciones, y otro, por no reflexionar, son arrastradas por la pasión.
8- El licencioso no es persona que se
arrepiente; en efecto se atiene a su lección, en cambio, todo incontinente es
propenso al arrepentimiento.
La
incontinencia y el vicio son de géneros
totalmente distintos, porque uno es consciente y el otro no.
La incontinencia no es un vicio, porque la
incontinencia obra en sombra de su lección, y el vicio de acuerdo con ellos.
El
incontinente es de tal índole que no persigue por convicción los placeres
corporales excesivos y contrarios a la recta razón y el licencioso, en cambio
lo hace por convicción. De esto se desprende que el incontinente es mejor que
el licencioso, pues en el primero se salvo lo mejor, el principio.
9- Es continente absolutamente hablando quien
se atiene a la decisión verdadera. Hay algunos que se atienen a su opinión a
quienes llamamos testarudos, mas estos son distintos del continente, pues el
primero no cede por pasión y apetito, pues es a la razón a la que no atienden.
No
todo el que hace algo por causa del placer es licencioso, despreciable o
incontinente, sino el que lo hace por un placer vergonzoso.
Tanto
el continente como el morigerado se abstienen de hacer algo contrario a la
razón por causa de los placeres corporales, pero el primero tiene, y el segundo
no tiene apetitos malos, y este no puede sentir placer contrario a la razón,
mientras que aquel puede sentirlo, pero no dejarse arrastrar por él.
10- No puede ser una persona prudente e
incontinente a la vez, pues el hombre prudente es bueno a la vez, pero bien se
puede ser hábil e incontinente.
Tampoco
es el incontinente como el que sabe y no, sino como el que esta dormido o
embriagado.
Obra
voluntariamente, pero no es malo sino a medias, ya que su elección es justa,
pues el incontinente se parece a una ciudad que tiene buenas leyes, pero no las
aplica, como dijo Amaxandrides: “Decretó a la ciudad, que no hace ningún caso
de las leyes”.
De
las distintas formas de incontinencia tiene mas fácil curación la de los
excitables que las de los que no se atienen a sus decisiones y la que se debe
al hábito que aquella motivada por naturaleza, pese a lo cual afirma Eveno:
“Afirmo, amigo que el habito no es sino larga practica, y que esta acaba en los
hombres por ser naturaleza”.
11- Doxa: hay quienes opinan que
Los
placeres no son en absoluto un bien porque todo placer es un proceso
perceptible hacia un estado natural, y ningún proceso es de la misma naturaleza
que los fines.
Además,
el morigerado rehuye los placeres y el prudente persigue el estar libre del
dolor, no del placer.
Además
los placeres son un obstáculo para el pensamiento y no hay arte ajeno del
placer. Por añadidura los niños y los animales persiguen los placeres.
Que
no todos los placeres son buenos, lo demuestra el que los hay vergonzosos.
Que
el bien supremo no es el placer lo demuestra el que el placer no es fin, sino
devenir.
12- De lo anterior no se desprende que el
placer no sea un bien, pues el bien tiene dos sentidos (el de bien absoluto y
el de bien para alguien), por lo cual también los tendrán las naturalezas y las
disposiciones (Algunos males lo serán en sentido absoluto, pero no en sentido
particular).
Asimismo,
aquellas actividades que nos devuelven a nuestra disposición natural son
agradables por naturaleza.
Debe
decirse que el placer es una actividad de la disposición natural, sin trabas.
13- Es admitido por todos que el dolor es un
mal, de lo cual, por oposición, se tiene que el placer es un bien.
Que
el bien supremo sea un placer, nada lo impide, aun cuando algunos sean malos.
Por el contrario, parece señalarlo el que todos los hombres lo busquen.
Cada
disposición debe tener sus actividades libres de trabas. Así, la felicidad
requiere, sin serlo, de la buena fortuna. Sino fuera así, no cabria rehuir del
dolor.
14 – Quienes, para el caso de los placeres
corporales, afirman que el placer un bien, tendrán que considerar por qué el
dolor es un mal, ya que lo contrario de lo bueno es lo malo.
Debe
decirse que lo malo esta no en el placer mismo, sino en el exceso, salvo en
aquellos reprochables de por si donde no hay termino medio.
Se
debe decir que el placer corporal se busca por expulsar el dolor, y debido al
exceso de dolor los hombres suelen buscar un exceso de placer, pues los
remedios suelen ser violentos.
Los
placeres que no implican dolor no tienen exceso, y estos son producidos por lo
que es agradable por naturaleza.
No
hay nada que nos sea agradable siempre, pues nuestra naturaleza no es simple.
LIBRO
VIII
-
Heráclito-----------Lo opuesto es lo que conviene
- Empédocles------Lo semejante busca lo
semejante
1) La
amistad es, en efecto, una virtud o va acompañada de una virtud.
- Es
lo más necesario para la vida: en la pobreza es el único refugio, en la
juventud para evitar el error, en la vejez para suplir la debilidad, etc.
- Se
da de modo natural entre padres e hijos, sobre todo entre los hombres, por lo
que amamos a nuestros semejantes.
- La
concordia parece ser algo semejante a la amistad, y los legisladores se
consagran más a ella que a la justicia. En efecto, cuando los hombres son amigos
no hay necesidad de justicia, pero aún la justicia requiere de amistad.
2) Parece
que cada uno, lo que es bueno para él, y que si bien, absolutamente hablando,
el bien es amable, para cada uno lo es el bien de cada uno y cada uno ama, no
lo que es bueno para él, sino lo que se parece.
- Llamamos
amigos a quienes tienen benevolencia recíproca (si no es recíproca, es solo
benevolencia) y que cada uno desee el bien del otro sin que otro le sea
desconocido, y por una de las razones mencionadas.
3) Son
las 3 especies de amistad:
- Los
que se quieren por interés no se quieren por si mismos, sino en la medida que
se benefician algo los unos a los otros.
- Los
que se quieren por placer: las personas frívolas no tiene afecto con otros
porque sean de una índole determinada, sino porque le resulta agradable.
Estas amistades son por accidente,
puesto que no se quiere al amigo por ser quien es, sino porque procura a un
caso utilidad y en otro placer son mudables pues toda utilidad y todo placer
cambia con facilidad.
- Pero
la amistad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud; porque
estos quieren el bien el uno del otro cuanto son buenos, y buenos en sí mismos.
- Los
que quieren el bien de sus amigos por causa de estos, son los mejores amigos
pues no lo son por accidente; de modo que su amistad permanece mientras son
buenos, porque la virtud es una cosa permanente.
- Cada
uno de ellos es bueno absolutamente hablando, y también bueno para su amigo, es
útil para su amigo y también agradable, porque son agradables las actividades
semejantes. Esto hace que sean amistades duraderas.
- Es
natural que sean raras, pues son pocos los hombres así.
4) Esta amistad es en cuanto al tiempo y a todo
lo demás, perfecta; todo está igualado
en ella, porque los dos amigos reciben beneficios semejantes el uno del otro.
- Por
el placer y por el interés pueden ser amigos entre sí hombres malos, y buenos y
malos; pero por sí mismo solo pueden serlo los buenos, pues los malos no se
complacen entre sí mismos sino existe la posibilidad de provecho.
-
De una manera primaria y perfecta
es amistad, aquella que es perfecta y
los demás lo son por semejanza en la medida que se está en ellos algo bueno.
Pero estas últimas suelen darse juntas, pues los accidentes no suelen
combinarse.
5) Así como llamamos a unos hombres buenos
por su disposición y a otros por su actuación, decimos que los que conviven se
complacen los unos a los otros y los que están alejados no están ejerciendo su
amistad, pero tienen la disposición adecuada para ellos.
6) Los
ancianos y los de carácter agrio buscan buenos sentimientos recíprocos, pero no
es amistad porque no encuentran placer en la mutua compañía.
- La
que más se aparece a la amistad es la que busca el placer, cuando los dos
amigos contribuyen con lo mismo. Es más bien propio de los jóvenes.
- La
que busca el interés es más propia de comerciantes.
-
Los poderosos parecen tener amigos de
ambas clases: útiles y placenteros.
- Estas
clases de amistad estriban en la igualdad.
7) Hay otra
amistad fundada en la superioridad, como la del padre hacia el hijo, las cuales
difieren entre sí.
- El
afecto debe en estas amistades ser proporcional, de modo que el que es mejor
reciba más afecto que profesa, produciéndose así una igualdad propia de la
amistad.
-
Falta no se alcanza a ver
8) La mayoría de los hombre parecen
preferir, por ambición, ser queridos a querer. En efecto, el adulador es una
clase de amigo inferior.
- Pero
la amistad consiste más bien en querer que en ser querido (señal de ello son las madres). Así querer
parece ser la virtud de los amigos.
- Y
la igualdad y la semejanza son amistad, sobre todo de los que son semejantes en
virtud, pues como son constantes, siguen siendo los mismos.
- En
cambio los malos no tienen firmeza, ya que ni siquiera permanecen semejantes a
sí mismos.
- Es
entre contrarios donde suele darse la amistad por interés, porque uno aspira a
lo que le falta y entrega algo a cambio.
9) a) Parece que la amistad y la justicia se
refieren a las mismas cosas y se dan en las mismas personas.
b) En
la medida en que se participa de una comunidad hay amistad y justicia.
- También
son distintas en cada caso las clases de injusticia, y hasta aumenta cuanto más
amigos son aquellos con quienes se comete.
- Todas
las comunidades parecen partes de la comunidad política, pues ésta se propone
como fin lo que conviene para toda la vida.
10) Hay 3
especies de regiones políticas, y otras tantas desviaciones que son como
corrupciones de aquellos. Los regímenes son: la realeza, la aristocracia y un
tercero fundado en la propiedad, la timocracia o república.
a) las desviaciones son: de la realeza, la
tiranía; ambas son monarquías, pero mientras el tirano mira su propio interés,
el rey busca el de los gobernados.
b)
de la aristocracia se pasa a al oligarquía por el vicio de los gobernantes que
distribuyen los bienes de la ciudad en contra de los merecimientos de modo que
son unos pocos los que gobiernan, de modo que son unos pocos los que gobiernan
y malos en lugar de los más dignos.
c)
de la timocracia se pasa a la democracia, pues ambos son fronterizos; en
efecto, también la timocracia quiere ser un gobierno de la multitud porque
todos los propietarios son iguales. Es la menos mala de las desviaciones, pues
se desvía poco de la república.
- Podemos
encontrar símiles en los casos:
a)
la comunidad del padre y del hijo tiene forma de realeza. Entre los persas el
gobierno del padre es tiránico.
b)
el gobierno del marido sobre la mujer es aristocrático, pues se basa en la
dignidad del marido. Se vuelve oligarquía cuando el marido enseñorea de todo o
cuando gobierna la mujer.
c)
a la timocracia se parece el gobierno de los hermanos. La democracia se
encuentra en las cosas donde no hay amo o el que manda es débil.
11) La amistad parece acomodarse a
cada uno de los regímenes en la misma medida que la injusticia. En las
desviaciones apenas hay justicia y amistad.
- La del rey para los súbditos estriba en la
superioridad del beneficio. En estos casos la justicia no consiste en la
igualdad, sino en la correspondencia a los méritos respectivos, y así también
la amistad.
- La
amistad del marido respecto de la mujeres la misma que la de la aristocracia,
porque al mejor le corresponde el mayor bien y así también la justicia.
- La
amistad de los hermanos se parece a la que existe entre compañeros porque son
iguales y de edad semejante. Lo mismo ocurre en la timocracia, pues en ella los
ciudadanos pretenden ser iguales y equitativos.
12) La comunidad es la base de toda
amistad. Pudriese ser grupo aparte con la que se hace entre `parientes y
compañero, pero la amistad entre ciudadanos, miembros de una tribu o todo
similar se parece más a la de una comunidad, pues surge de un acuerdo.
- El
vínculo entre quien ha dado el ser (el padre) y su criatura (hijo) es más
estrecho que el que existe entre el producido y quien lo hizo.
- La
amistad de los hijos hacia los padres y de los hombre hacia los dioses es como
una inclinación hacia lo que es bueno y superior.
- La
amistad entre marido y mujer parece fundada en la naturaleza, pues el hombre
tiende a vivir en parejas antes que en comunidad. Así mismo los hijos son un
bien común a ambos, y a lo que es común mantiene la unión.
13) Como se
ha dicho, 3 son las formas de amistad y en cada una de ellas los amigos lo
serán por una igualdad o en virtud de una superioridad.
- Los
que son iguales deben procurar la igualdad tanto en el carriño como en todo lo
demás, y los que son desiguales, procurar un cariño proporcional al mérito
particular.
- En
cambio, la amistad con interés presta a las reclamaciones, porque se tratan en
vista a su propia utilidad.
- La
amistad por interés puede ser moral o legal. La legal se funda en
estipulaciones; la moral obsequia, pero considera justa una retribución.
14) Surgen
también diferencias en las amistades fundadas en la superioridad, porque cada
una cree merecer más.
- Parece
que uno y otro tiene razón y que los dos tiene que recibir más de la amistad,
pero no de lo mismo, sino en superior, más honor, y el necesitado, provecho;
porque el premio de la virtud y del beneficio es el honor, y el alivio de la
necesidad es el provecho material.
LIBRO IX
1-.
®
En todas las amistades entre hombres diferentes la proporción establece
la igualdad y preserva la amistad.
®
Se considera más justo que fije el valor de un favor quien lo
recibió que el que lo hizo, porque
generalmente a todos les parecen de mucho valor las cosas que les pertenecen y que dan.
2-.
®
En general, debe pagarse una deuda antes de hacer un don, pero si el don
es superior a aquella por más noble o más necesario, debemos inclinarnos a
éste.
3-.
®
También se discute si deben deshacerse
o no las amistades cuando los amigos
dejan de ser lo que eran. No hay
nada absurdo en que se separen
los amigos del interés o del placer al no reunir una de esas condiciones.
®
Si el amigo se vuelve malo, no es posible amar lo malo y asemejarnos a
él, pues se ama lo semejante, a menos que la maldad sea curable.
®
Si un amigo se hace más bueno hasta el punto de alejarse de su amigo, no
podrán conservar la amistad, pues no los une nada, pero ciertamente hay que
conceder algo a lo que fueron.
4-.
®
Las relaciones amistosas con nuestro prójimo y las notas por las que se definen las distintas clases
de amistad derivan de los sentimientos que tenemos respecto de nosotros mismos,
se define en efecto, al amigo como el que quiere y hace el bien.
®
Todas estas condiciones las
cumple el hombre bueno: éste está de
acuerdo consigo mismo y desea las mismas cosas con toda su alma, y quiere
ciertamente el bien para sí, y lo pone en práctica por causa de sí mismo.
®
Por darse en el hombre bueno todas estas condiciones respecto de sí
mismo y tener para con su amigo las mismas disposiciones (puesto que el amigo
es otro yo) también la amistad parece consistir en algo de esto.
®
Parece que el malo no tiene disposiciones amistosas ni siquiera respecto
de sí mismo porque no tiene nada amable.
5-.
®
La benevolencia se parece al sentimiento amistoso, pero no es
ciertamente amistad; en efecto, la benevolencia se da hacia personas que no
conocemos. Tampoco es afecto, porque no tiene tensión ni deseo que acompañan al
afecto; además, el efecto se da en el trato y la benevolencia puede surgir de
repente.
®
Sin embargo la benevolencia es el principio de la amistad, así como el placer
visual lo es del amor. Por eso, de una manera traslaticia, puede decirse que la
benevolencia es una amistad inactiva, que puede llegar a serlo con el
trato(pero no por el interés o placer)
®
En general surge por una virtud o bondad.
6-.
®
La unanimidad o concordia parece también un sentimiento amistoso por lo
que no es mera igualdad de opinión, pues ésta
puede darse en quienes no se conocen.
®
Tampoco implica estar de acuerdo sobre cualquier cosa, sino sobre lo
práctico y, dentro de esto, a lo que es importante para todos (como que todos
estén de acuerdo en que las magistraturas deban ser electivas)
®
Se da en los buenos, pues aspiran a lo mismo. En cambio, no es posible
para los malos, quienes siempre aspiran a más de los que les corresponde.
7-.
®
Tal es el caso de los bienhechores: el favorecido es como obra de ellos,
y lo aman más que la obra al que la hizo. Asimismo, para el bienhechor es
hermosa su acción, mientras que para el beneficiado sólo es útil; uno es
actividad y la otra pasividad.
8-. Se discute
si debe amarse a sí mismo por sobre todo
®
Por un lado, se reprocha a quienes son llamados egoístas.
®
Por otro, se dice que debe amarse más al amigo, y sabemos que la amistad
procede primariamente de uno mismo
®
Hay que distinguir: son amantes de sí mismos de modo censurable quienes buscan riquezas, honores y placeres
corporales. Pero quien destina los bienes más nobles y satisface la parte mejor
de sí mismo, puede decirse que se ama, mas esto no es reprochable.
®
De modo que el hombre bueno debe ser amante de sí mismo (porque se
beneficia a sí mismo y a los demás obrando noblemente), pero el malo no debe
serlo, pues sigue sus malas pasiones.
®
El malo tiene desacuerdo entre lo que debe hacer y lo que hace; el
bueno, en cambio, hace lo que debe hacer.
®
Es también verdad que el hombre bueno hace muchas cosas por sus amigos
hasta morir si es necesario.
9-. Se discute
si el hombre feliz necesitará amigos o no
®
Suele decirse que al bastarse a sí mismo, no requieren amigos.
®
Pero resulta absurdo privar al hombre feliz del mayor de los bienes exteriores; además, es más propio del amigo
dar que recibir, por lo que el hombre bueno tendrá necesidad de amigos a
quienes favorecer, aunque ciertamente no
encontrará ni utilidad ni placer.
®
Más aún, la felicidad es una actividad, y la actividad es algo que se
produce, el hombre dichoso necesitará de tales amigos, ya que quiere contemplar
acciones buenas.
®
Si para el hombre dichoso el ser es deseable por sí mismo, porque es por
naturaleza bueno y agradable, y algo muy próximo es también para él ser del
amigo, el amigo será también una de las cosas deseables.
10-.
®
El número de amigos es limitado, ya que no es posible convivir con
muchos y repartirse entre muchos.
®
Quienes tienen muchos amigos parecen ser más bien obsequiosos, es decir,
motivados por la civilidad.
11-.
®
La amistad es más necesaria en el infortunio (por eso se necesitan
entonces amigos útiles), pero es más noble en la fortuna (pues se buscan
también amigos buenos).
®
La presencia de amigos en el infortunio es mixta: produce agrado, pero a
la vez es doloroso que el amigo se aflija por el propio dolor.
12-.
®
La sensación de la propia existencia es amable, y por tanto, también
cuando se trata de la del amigo. Ahora bien, esta sensación se actualiza en la
convivencia, de modo que es natural que los amigos aspiren a ella, pues toman
lo noble el uno del otro.
LIBRO X
1.-
→ El placer parece estar asociado de
la manera más íntima a nuestra naturaleza.
→ Es de máxima importancia para hallar
gusto en aquello que debe hallarse y odiar lo que se debe odiar.
2.-
→ Eudoxo de Cnido opinaba que el
placer es el bien supremo porque veía que todos los seres, racionales e
irracionales, aspiran a él, y en todos es objeto de preferencia lo que es
bueno.
*el dolor es en sí mismo objeto de
aversión, por lo que debe buscarse su contrario.
*por
otra parte, es más apetecible lo que no se apetece por causa de otra cosa.
→ Platón (Filebo, 60 d) argumenta que
el bien no es el placer, en efecto, la vida agradable es más apetecible con
sabiduría que sin ella, y el bien no puede hacerse más apetecible por
añadírsele nada.
→ Los que objetan que no es un bien
aquello a lo cual todos tienden temo que no dicen nada, pues aún los seres
inteligentes aspiran a ello.
→ Tampoco parece acertado el argumento
de que, en este caso, un mal puede oponerse a otro mal, pues si ambos fueran
males serían objeto de aversión, lo cual no ocurre.
3.- Confróntese
→ Tampoco de que el placer no sea una
cualidad se sigue que no sea un bien, en efecto, tampoco lo son las actividades
de la virtud, ni la felicidad.
→ Dicen por otra parte, que el bien es
determinado y el placer indeterminado, pues admite un más y un menos. Ahora
bien, si así juzgo lo mismo ocurrirá con la justicia y las demás virtudes.
→ Por otra parte, dicen que el bien es
perfecto y el movimiento y el devenir son imperfectos. Pero el movimiento no
siquiera es movimiento, pues carece de velocidad o lentitud la actividad misma
del placer.
→ No es tampoco devenir, pues el dolor
es la destrucción de aqullo de los que el placer es la génesis.
→ Dicen
también que el dolor es la privación de lo que es conforme a la naturaleza, y
el placer la satisfacción, pero estas afecciones son sólo corporales.
→ Contra los que alegan los placeres
reprochables podría decirse que esos no son placeres, pues resultan agradables
sólo por una disposición viciosa.
→ El hecho de que el amigo sea
distinto del adulador parece poner de manifiesto que el placer no es un bien, y
hay muchas cosas por las que nos afanaríamos aún cuando no nos trajeran placer
alguno. Parece claro que ni el placer es bien, ni todo placer es apetecible, y
que algunos son apetecibles por sí mismo.
4.-
→ El placer es un todo completo, pues
en ningún momento podría tomarse un placer tal que, prolongándose en el tiempo
se refecciones en cuanto a su forma, pues esto se dice de lo divisible.
→ Por eso no es movimiento, ya que
todo movimiento transcurre en el tiempo y tiende a un fin, y es perfecto cuando
ha alcanzado el fin al que tendía.
→ El placer
perfecciona la actividad, no como la disposición que le es inherente, sino como
cierta consumación a que ella misma conduce, como la juventud a la flor de la
vida.
→ Todas las facultades con incapaces
de estar en continua actividad, y el placer sigue a la actividad. Por eso
algunas cosas nos deleitan sólo cuando son nuevas.
→ Como el placer perfecciona las
actividades, perfecciona también la vida, que todos desean.
5.-
→ Parecen los placeres diferir
específicamente, ya que creemos que las cosas distintas específicamente son
perfeccionadas por cosas distintas.
→ Lo mismo podría deducirse del hecho
de que cada pacer está íntimamente unido a la actividad que perfecciona.
→ Esto resultaría más claro del hecho
de que el placer producido por una actividad es un obstáculo para otra.
→ El placer propio de la actividad
honesta sería bueno y el de la mala será perversa, ya que cada actividad tiene
su placer propio.
→ ¿Cuál será entonces el placer propio
del hombre? Es evidente por sus actividades, pues a éstas siguen los placeres.
6.- Resumiendo lo dicho sobre la
felicidad:
→
No es hábito o disposición, porque, de serlo, podría darse en quien lleve una
vida vegetativa.
→ Se la debe considerar como una
actividad, contada entre las deseables por sí mismas. Tales parecen ser las
acciones virtuosas, de moso que es valioso y agradable lo que lo es para el
bueno, pues se prefiere la actividad según la propia disposición.
→ La felicidad no está en la
diversión, pues la felicidad es un fin en sí mismo, y la diversión, una suerte
de descanso, no es fin, pues lo tomamos por cause del trabajo.
7.-
→ Si la felicidad es una actividad
conforme a la virtud, es razonable que sea conforme a la virtud más excelente,
y ésta será la virtud de lo que mejor hay en el hombre. Sea, pues, el
entendimiento o sea alguna otra cosa que por naturaleza parece mandar y dirigir
y poseer intelección de as cosas bellas y divinas.
→ Que es una actividad contemplativa
ya lo hemos dicho.
→ La actividad de la mente, que es
contemplativa, parece superior en seriedad, y no aspira a ningún fin distinto
de sí misma, y tener su placer propio, y la autarquía, el ocio y la ausencia de
fatiga que pueden darse en el hombre dichoso parecen ser evidentemente las de
esta actividad.
→ Tal vida sería demasiado excelente
para el hombre, pero debemos inmortalizarnos y hacer todo lo posible para vivir
de acuerdo con lo más excelente que hay en nosotros.
→ Lo que es propio de cada uno por
naturaleza es también lo más excelente y lo más agradable para cada uno; para
el hombre lo será, por tanto, la vida conforme a la mente, ya que eso es
primariamente el hombre.
8.-
→ Después de ella, lo será la vida
conforme a las demás virtudes, ya que sus
respectivas actividades son humanas, puesto que las practican los unos
respecto de los otros.
→ Esta virtud moral requiere más de lo
exterior que la actividad de la mente.
→ La virtud consiste tanto en la
elección como en la actividad, pero el hombre contemplativo no tiene necesidad
de esta última.
→ Que la felicidad perfecta es una
actividad contemplativa se hace evidente al considerar que los dioses no tienen
actividad y que los animales, quienes no participan de la felicidad, no tienen
contemplación.
→ El hombre contemplativo, como hombre
requerirá del bienestar externo, pero la autarquía no exige superabundancia de
ellos.
→ Así lo afirmó Solón al decir que el
hombre feliz era aquel que, moderadamente provisto de bienes exteriores,
practica la virtud.
9.-
→ No basta con conocer la virtud: hay
que procurar tenerla y practicarla.
→ Así, los razonamientos no pueden
excitar al vulgo para inclinar a la
virtud, pues este obedece por miedo.
→ La mayor parte de los hombres,
asimismo, viven a merced de sus pasiones, persiguen los placeres que le son
propios y huyen del dolor.
→ Es evidente que no nos hacemos
buenos por naturaleza, ni por razonamiento (salvo en ciertos casos), como ya se
ha dicho, pues es necesario que el alma ya haya sido trabajada por los hábitos.
→ Se hace,
así, necesario que las costumbres estén reguladas por leyes, pues el hombre vil
que sólo aspira al placer debe ser castigado con dolor, como el animal de yugo.
→ En general, las órdenes de ningún
hombre aislado tienen fuerza u obligatoriedad, con diferencia de la ley, que es
expresión de cierta prudencia e inteligencia.
→ La legislación se considera parte de
la política, y ayuda la experiencia en gran medida, pues de no ser así, los
hombres no llegarían a ser políticos por la costumbre de la política.
[1] Por
si no entendieron al “maestro” Schlack: la virtud o término medio no tiene
nombre, el defecto es la mansedumbre (que, como en sí no es tan mala se le
denomina así a la virtud) y el exceso es la irascibilidad. Suerte a todos, su
gran amigo Nacho.